"Me siento como Pantoja. He hecho como una turné", bromeaba Agustí Villaronga. Después de Madrid, Barcelona y Valencia, anoche recaló en el Cine Rívoli para visionar junto a amigos y seguidores El rey de La Habana, una cinta que retrata "la Cuba más sórdida y oculta". "Ha sido un año de mucho trabajo y ahora es como si cerrara el cuaderno. Me gusta hacerlo en mi tierra y arropado por mis amigos". Y así fue. Maria del Mar Bonet, Biel Mesquida, Pep Noguera o el fotógrafo Pep Bonet, entro otros, no faltaron a la cita.

El público le quiere. Villaronga entró en la sala del Rívoli arropado por los aplausos de los asistentes a la proyección de la cinta basada en la novela homónima de Pedro Juan Gutiérrez. "La película es especial. Hay de todo. Espero que os guste", advirtió el maestro del celuloide antes de apagar las luces. El rey de La Habana es una historia salvaje y valiente que gira en torno a tres personajes que viven una historia de amor sin prejuicios en la Cuba de los 90. Una historia cubana, con tintes de tragicomedia, que deja una fuerte huella en el espectador. "No es un estudio sociopolítico de Cuba. Lo importante son los sentimientos y los personajes. Coge a los personajes y los sitúa en un entorno que termina dando un aspecto coral a la sociedad de los años 90", recalcó el creador. "Lo más sorprendente es que hasta ahora no se ha tratado a la gente tan marginal como ocurre en esta película", aclaró. A la hora de retratar a la sociedad más marginal, confesó que "lo más difícil ha sido que una persona europea, aunque conozca y tenga mucha afinidad con Cuba, intente entenderlos". Por ello, reconoció, "seguía mucho los pasos de Gutiérrez y escuchaba a los actores. Me veía obligado a hacerlo porque trataba un mundo que no era 100% mío. Lo más difícil ha sido hacer la película y no rodarla como cine de autor, sino entendiendo su sensibilidad".

La cinta se centra en los años 90. En 1992 Villaronga impartió clases en Cuba y aseguró que no volvería porque era "un país dificilísimo". No solo ha vuelto, sino que le ha dedicado una película. Entonces, ¿qué le ha enamorado? Responde sin dudarlo. "Me han enamorado los cubanos. Era un país demasiado difícil para la gente de allí. Había cosas que no me gustaban pero regresé. Los cubanos son muy positivos, inteligentes y tienen un corazón tan grande que me han conquistado, por ello he hecho esta película".

El rey de La Habana salta a la gran pantalla avalada por el éxito en el Festival de San Sebastián, donde Yordanka Ariosa conquistó con su interpretación la Concha de Plata. ¿Se esperaban tal premio? "Sí y no. Cuando acudimos a San Sebastián sabíamos que si algo tenía posibilidades era la interpretación de Ariosa porque realmente hace un trabajo muy espectacular". "Está muy bien la interpretación de los actores", resaltó. "Tenían que ser desconocidos. Estaba en las premisas de la película buscar gente de la calle".

Una vez estrenada en la gran pantalla es normal que el cineasta necesite "una semana de vacaciones". El proyecto ha estado rodeado de obstáculos. El principal fue que las autoridades cubanas no le concedieron los permisos para rodar en La Habana y tuvo que conformarse con República Dominicana. "Fue un impedimento muy serio. No me planteé dejar el proyecto pero la productora sí. Hubo un momento en que la película se iba a pique". "Dominicana tiene partes muy similares a La Habana. De todas formas, la película se centra en sus personajes que son tremendamente cubanos y la ambientación es muy fidedigna". Tras el veto, ve difícil que llegue a los cines de Cuba pero está seguro que "a través de cintas pirata tendrá movimiento". Tras la proyección, se abrió el coloquio moderado por el colaborador de este rotativo Pere Estelrich. Con el acto de ayer, Agustí Villaronga inicia unas merecidas vacaciones para poder cargar pilas y afrontar su próximo proyecto Incerta glòria, que rodará en primavera en Teruel.