Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Fernando Colomo: "Si tienes las cosas muy claras, hacer una película es pesadísimo"

Fernando Colomo (69 años), esta semana, en el Paseo del Molinar. Guillem Bosch

Se relaja en Palma, frente al mar, antes de la vorágine de Donostia, donde presenta una historia al filo de la realidad y la ficción con las relaciones personales como sustancia. Isla bonita, comedia accidental que el propio Colomo protagoniza al estilo Woody Allen, pero sin la cartera rebosante de billetes.

-¿Hace de sí mismo en la película?

-No. Hago de Fernando, un realizador de publicidad que va a Menorca después de su tercer divorcio invitado por un amigo al que todo le va muy bien.

-¿Quiénes son los otros actores?

-La actriz de 22 años Olivia Delcán. La escultora Nuria Román, que vive en Cala Sant Esteve. En su casa hemos rodado bastante. El publicista Miguel Ángel Furones. Luego hay otros tres actores profesionales: Lluís Marqués, Lilian Caro y Tim Bettermann. Lo que he aprovechado mucho son las relaciones personales ya existentes entre ellos.

-¿Ha jugado con los límites que hay entre la realidad y la ficción?

-Sí. Todo el tiempo juego con eso. No es fácil saber lo que es absolutamente verdad y lo que es invención. Y eso era parte del atractivo.

-¿Rodar es un milagro?

-Rodar lo que quieres es un milagro.

-The New York Times publicó un artículo titulado "Menorca es el antídoto de Eivissa". Describía la isla como adormecida y rural.

-Me parece fantástico. Espero que permanezca mucho tiempo así. Veraneé en Menorca hace 28 ó 29 años y me encantó. Y estuve viniendo después como tres veranos seguidos. Volví hará tres y vi que se había mantenido prácticamente igual. El título de la película ya me viene de entonces. Y también por la canción de Madonna.

-¿Su profesión va con la sociedad de hoy día?

-Sí. Dentro del cine soy conocido porque voy muy rápido. He hecho muchas películas y las he rodado en poco tiempo. Al contrario de otros compañeros míos muy buenos que cuando hacen un proyecto es un drama y se pasan años. A mí ya me estaba pasando eso y esta película es en ese sentido una forma de escapar de ello. Cuando haces una película, el guión ya lo han leído y violado todas las cadenas dando su opinión. Y como son los que ponen el dinero estás atado. Aquí he tenido una gran libertad al reducir tanto el presupuesto y rodearme de amigos.

-¿Le retrotrae la manera de hacer esta película a sus inicios?

-Me retrotrae hasta antes del principio. En realidad, ésta es como mi primera película de todas. Cada vez estoy intentando hacer la película anterior.

-Hoy día todo el mundo coge la cámara y su profesión se ha desacralizado.

-Eso es bueno. Ya lo adelantó Truffaut. Él dijo hace un montón de años que en el futuro la gente haría películas de su primer amor y de cosas que les pasan de forma natural y sin complicaciones. Por otra parte, si no se hubiera desacralizado mi profesión, no podría haber hecho esta película. Las nuevas tecnologías son importantes para mí. Es un lujo no tener que estar mirando los metros. En la película hay escenas que duran dos minutos pero que son parte de una conversación de un plano que duraba 18. Siempre me ha gustado engañar un poco a los actores. A veces no saben si los estaba grabando o no. Siempre he intentado buscar un poco más de verdad. Lo bien hecho es muy aburrido. Siempre tienes que intentar buscar algo nuevo, algo que el actor no sepa. En realidad, siempre haces una película para descubrir cosas. Si tienes las cosas muy claras, hacer una película es pesadísimo."Soy un pintor realista y un director de cine hiperrealista, pongo el foco en aquello que la gente no suele ver"

-¿La cámara es un arma?

-Cargada de futuro. Es lo que decía Godard. En nuestro caso, teníamos dos cámaras, con lo cual teníamos dos armas. Entonces yo me mataba a mí mismo (risas).

-¿La ficción es lo más parecido a la religión?

-Siempre he sido un pintor realista y un director de cine hiperrealista. Para mí, el cine es una manera de reflexionar y de vernos a nosotros mismos de otra manera.

-¿Con qué está comprometido su cine?

-Debería estar comprometido conmigo mismo. Por otra parte, siempre me ha gustado lo pequeño. Por eso decía que soy un cineasta hiperrealista. Me interesa colocar el foco en aquello que la gente normalmente no ve. Tenemos esa idea de cine como espectáculo y entretenimiento que está bien, pero a mí el cine que siempre me interesó es otro. La película que me impactó fue Los cuatrocientos golpes de Truffaut.

-¿A quién no le daría la mano?

-Si lo digo, me podrían quitar las pocas subvenciones que me esperan. Me salen folios y folios. No daría la mano a toda la gente que vive de la corrupción permanente. Me gustaría hablar de esto en las películas pero no me sale. Es tan evidente, que no siento ninguna motivación artística. Y luego hay otra cosa, el cine está totalmente controlado por el poder. Es difícil hacer una película que denuncie cosas.

-¿A usted qué le amordaza?

-Nadie. Tampoco tengo mucho que perder. Ya está todo perdido.

-¿Los jóvenes de ahora son más políticos que los de la Movida?

-Sí. Sobre todo a partir del 15-M. En los 80 todo era un descubrimiento, lo contrario a ahora.

-¿Podemos será posible en las elecciones generales?

-Me gustaría. Me parece una vergüenza lo que están haciendo los medios de la derecha. La que le han montado a Carmena por las vacaciones. He llegado a escuchar que por lo de la beca Errejón es igual de corrupto que Bárcenas. Hoy día, el cinismo es una práctica corriente.

Compartir el artículo

stats