Cuando era pequeño, en casa de Enzo Lorenzo siempre se pedían los mismos regalos: cajas de magia, barajas o libros para aprender trucos. En aquella época no había internet pero impulsado por su gran pasión era capaz de mover cielo y tierra para dar con la última publicación que le permitiría avanzar un nivel más en sus trucos. "Me acuerdo de que llamaba a una librería de Madrid. Pedía si tenían el libro que buscaba y cuánto valía. Luego me iba a mi madre y empezaba la súplica", rememora entre risas. "El libro cuesta 4.500 pesetas, me lo compras y valdrá como regalo de cumpleaños, de Reyes y de todos los aniversarios que hagan falta", recuerda mientras sus tres discípulos (Anthony Arredondo, Alejandro Venegas y Santiago González) asienten con la cabeza. Una tímida sonrisa en sus rostros da a entender que en sus hogares ocurre lo mismo, aunque ellos han tenido la suerte de que internet les ha facilitado el aprendizaje de los juegos de magia.
"Ellos lo encuentran todo en la red pero cuando yo era niño tenía que elegir sobre un catálogo en papel. Muchas veces me desilusionaba porque no era lo que quería pero la parte chula era que mientras esperaba el paquete, mi imaginación se disparaba", abunda. Gracias a estos regalos de Reyes, ha logrado generar una biblioteca con un millar de libros sobre esta misteriosa disciplina. "Guardo el recuerdo de cuando era un niño de siete años y veía a magos como, por ejemplo, Juan Tamariz en la televisión. En aquel entonces ya tenía una caja de magia pero pedí otras porque me sabía los juegos de memoria. Más que una afición, era una pasión", sentencia. "A principios de los 90, salió un curso por fascículos de Tamariz. Me pasaba todo el tiempo ensayando, leyendo y aprendiendo", prosigue en su relato. Evidentemente (y sus discípulos le siguen los pasos), en los recreos solo existían las cartas y sus primeras actuaciones fueron en cenas familiares, en la escuela o en el instituto. Empezó estudios de Telecomunicación y luego cambió a Matemáticas. No le llenaban. Llegó un momento que tomó una gran decisión: irse a Madrid a la escuela de Ana Tamariz. Se fue con las manos vacías pero la pasión que sentía por esta disciplina hizo magia potagia.
Cuando llegó a la escuela para empezar las clases de iniciación, no hizo falta comenzar. "El primer curso estaba basado en los fascículos de Juan Tamariz y me lo sabía de memoria. Directamente, empecé siendo profesor. Estuve seis años hasta que decidí montar una escuela en Mallorca. Eso sí, sigo dando clases puntuales en Madrid", rememora orgulloso de su particular abracadabra. "Traspasar la llama de la magia es muy bonito".
Autodidactas
Bien sea en versión papel o en versión on line, tanto el ahora maestro como sus discípulos son autodidactas pero hace un año Enzo Lorenzo abrió la única escuela y tienda de magia que hay en Mallorca. "Es verdad que ellos (en referencia a los jóvenes aprendices de magos) tienen muchas más facilidades porque en internet encuentran toda la información y vídeos de cómo desarrollar los juegos", enfatiza pero "la intención de la tienda, además de ofrecer los productos, es asesorar a los usuarios. Por ejemplo, les ayudo a resolver sus dudas o a perfeccionar los trucos", detalla. La tienda es un nexo de unión de compañeros. "Ni se conocen pero en seguida intercambian juegos e información. Si algo de magia tiene este arte es que sin conocerse se comparten trucos, algo que no ocurre en otras disciplinas", acentúa.
¿Y qué es lo más demandado? "La magia de cerca. Hay una gran tendencia a la cartomagia. Tamariz ha creado escuela y España es un referente mundial. De hecho, el español Héctor Mancha conquistó a finales de junio el Gran Premio del Mundial de Magia 2015", resume.
Enzo Lorenzo también imparte talleres y cursos para que su pasión por la magia salte de generación en generación. A finales de julio, con motivo de su actuación en el Trui Teatre, Tamariz impartió un seminario organizado por este mago y en el cual asistieron unos 25 aficionados mallorquines. Anthony, Alejandro y Santiago no quisieron perdérselo porque, igual que Enzo, el prestigioso cartomago es su gran referencia. Estaban fascinados de haber conocido a Tamariz, que ha desarrollado una escuela de pensamiento. "En el taller, profundizamos en la psicología con el espectador, es decir, en cómo crear suspense ante el público y lograr transmitir el misterio de la magia", coinciden.
Es verdad que dominar las técnicas de manipulación de las cartas es una tarea ardua que requiere mucha práctica y constancia pero lo más difícil, coinciden, es llegar al público para transmitir la emoción y la fascinación que genera la magia. "Tener que comunicarnos es lo que más nos cuesta porque somos muy tímidos", declara Enzo Lorenzo mientras los tres aprendices corroboran la afirmación.
El mago enfatiza que "de Juan Tamariz aprendí su pasión. Y es que si realmente uno hace lo que le gusta, en las actuaciones esta pasión se transmite al público. Es una filosofía de vida que me ha inculcado el gran maestro. Ahora disfruto de contagiarlo a los jóvenes porque en sus caras veo la misma pasión que tenía yo cuando empezaba".
Futuras promesas
"Ellos tres son algunos ejemplos de futuras promesas en el mundo de la magia", aventura Enzo Lorenzo, quien enfatiza que el nivel en Mallorca ha subido mucho. De aquellos primeros años como mago a ahora, el panorama ha cambiado. "Cercle Màgic Mallorquí es una asociación que en mis inicios agrupaba a seis magos pero ahora ya somos 25 socios". Las actuaciones también han evolucionado. Antes prácticamente no teníamos y ahora los espectáculos se han colado en cafés, restaurantes o teatros", declara. Van surgiendo nuevas fórmulas para potenciar los espectáculos en la isla, por ello, el mayor consejo para los espectadores es dejarse llevar y entrar en el juego con la finalidad de compartir el momento de asombro y de misterio de la magia.
