Andrés Ripoll ha sido un estímulo para muchos ingenieros aeronáuticos. Este científico mallorquín hizo del espacio su pasión y durante sus más de 40 años dedicados a este mundo ha contagiado su cariño y su pasión a los que trabajaban con él. Por ello, el Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos de España y la delegación de Balears de la Asociación de Ingenieros Aeronáuticos le rindieron ayer un sentido y merecido homenaje. Además de trabajar en la NASA y participar entre muchos otros proyectos en el programa Apolo que llevó el hombre a la Luna, Ripoll fue el primer director del Centro Europeo de Astronautas. Uno de sus discípulos fue Pedro Duque, el primer español en viajar al espacio y que ayer aterrizó en la isla de para estar junto a uno de sus mentores en el día de su homenaje. De hecho, una delegación de la Agencia Europea del Espacio (ESA) viajó a Palma para arropar a Ripoll. El director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA, Álvaro Giménez, confesó que el mallorquín fue un "estímulo" ya que le inculcó el cariño por el espacio y su entusiasmo por el mundo espacial. "Era una obligación rendirle este homenaje", aseguró Miquel Puig, de la delegación balear. Su compañero Joan Rosselló manifestó que el acto de ayer debía servir de plataforma para difundir la persona de Andrés Ripoll y reivindicar el puesto de honor que se merece este "mallorquín universal".
