No es habitual que una película de gran presupuesto se tome excesivas molestias en ser científicamente rigurosa, por no decir que es insólito. Por eso sorprende que Warner Bros haya permitido al director Christopher Nolan gastarse altas sumas de dinero en financiar investigaciones para documentar Interstellar, su último filme, actualmente en cartelera. El realizador se ha tomado tan en serio su labor que hasta ha contratado como asesor y productor al físico Kip Thorne, máxima eminencia en el campo de los agujeros negros y uno de los mayores expertos en la Teoría de la Relatividad de Einstein.

La cinta ha causado un gran revuelo entre la comunidad científica. La mayoría se ha mostrado entusiasmada debido a su verosimilitud, aunque también han aparecido algunas voces discordantes que opinan que, a pesar de todo, la película se ha tomado demasiadas licencias. No es el caso de Sascha Husa, doctor en Física y miembro del grupo de Relatividad y Gravitación de la UIB, al que le ha encantado la película "porque se molesta en señalar la importancia de la Ciencia, en explicar cómo funciona".

"Para nosotros -los científicos- es muy divertido observar la Física en la película. El otro día vinieron varios estudiantes a pedirme que les explicara ciertos aspectos de Interstellar", añade. "De hecho, mis alumnos del año pasado resolvieron un problema sobre la dilatación del tiempo alrededor de un agujero negro exactamente igual a como pasa en la película. Es una gran publicidad. Para nosotros es fantástico y excitante", comenta Husa.

El profesor no esconde su emoción cuando se le pregunta acerca de los aciertos de la cinta. "Visualmente es excepcional. Normalmente no se esmeran tanto porque calcular según qué efectos resulta muy costoso. Nos hemos acostumbrado a ver la realidad del espacio como una impresión artística. Aquí las imágenes no solo son de una gran belleza, sino que reflejan el cosmos de manera precisa".

¿Tan realista es Interstellar? "Sí", afirma con rotundidad. "En casi cada galaxia hay un agujero negro como el de la película. La ausencia de sonido también está muy lograda. Lo que sorprende es que, quitando algunos detalles añadidos para dramatizar -unas olas gigantes, unas nubes de hielo-, todo lo que se ve en la película es posible", aunque se apresura a añadir que se plantean situaciones "muy especulativas". Por ejemplo, en la película unifican la teoría de la Relatividad con la Física Cuántica. "La comunidad científica está muy lejos de resolver esa ecuación, pero podría pasar. La teoría de la Relatividad de Einstein permite agujeros de gusano, pero ningún experto apostaría su dinero a que vayan a ser importantes para nuestra supervivencia. ¿Descubrir una quinta dimensión? Es muy improbable pero no imposible", sostiene el físico.

"Lo importante es el mensaje de que la Ciencia es importante", apunta. "La película ha generado debate. Comentándolo con mis colegas concluimos que lo que más nos gusta es que el padre enseña a su hija a pensar científicamente. En la Ciencia, y en la Física en particular, tenemos un problema: no conseguimos atraer a las mujeres, hay muy pocas físicas. En el filme, la mitad de los personajes son femeninos y logran cosas excepcionales. Esto es muy importante", recalca.

Sascha la compara con Gravity, otra película de éxito reciente y a la que también se le atribuye cierto rigor científico. "Las dos son realistas pero Gravity es más una aventura, Interstellar tiene un mensaje más potente", puntualiza. "La tesis de la película se centra en que la raza humana necesita sueños que la muevan. El anhelo de ir a las estrellas es un deseo que tenemos que perseguir. Sería fatal que solo pensáramos en las cosas del día a día. Si solo te preocupas por cómo crece el maíz, te morirás de hambre. No podemos pensar únicamente a corto plazo o nos estancaremos. Necesitamos ideas. Plantar semillas que crezcan poco a poco y que acaben curando el cáncer. Esto es lo maravilloso del filme, que nos invita a mirar más lejos, a alcanzar esos sueños que son imprescindibles para nuesta supervivencia. Por eso es una obra necesaria", argumenta.

De unos años a esta parte, parece que la llama de la carrera espacial ha perdido intensidad. "Esa carrera estaba alimentada por la competencia entre naciones, lo que no sé si es bueno. Aunque es verdad que alimentaba el progreso, deberíamos nutrirnos de pensamientos e ideales. Por desgracia, nos movemos por disputas", reconoce con un punto de amargura inédito hasta ahora.

Interstellar apunta alto, lo que ha provocado que algunos la hayan tildado de pretenciosa. Husa no está de acuerdo: "En la vida hay grandes preguntas. Filosóficas, pero también prácticas. No concibo que una película o un libro sean pretenciosos por hacerse preguntas demasiado grandes", defiende. "Creo que la película va a generar hambre. Inspirará a muchos jóvenes que la recordarán durante años. Es la demostración de que la Ciencia también puede ser divertida y una prueba más de que todo está muy abierto. El futuro está lleno de posibilidades".