Reconocidos autores de cómic han tenido carta blanca para intervenir en la colección permanente de Es Baluard. Una acción no habitual que sigue los pasos ya marcados por otros museos internacionales y que con el título de Implosió reivindica el cómic como "una de las bellas artes" y permite un "diálogo" entre historietistas y genios de la talla de Miró, Picasso o Barceló con el que se crean "nuevas lecturas".

El primer gran museo que entendió que la calidad de una historieta no depende solo del dibujo y que son muchos los factores que intervienen y no se pueden apreciar en una página aislada, sino leyendo las historietas completas, fue el MoMa de Nueva York. Así lo subrayó ayer Aramburu durante la presentación de una exposición que ofrece una nueva perspectiva a la hora de llevar el cómic a un museo. Una propuesta concebida por el Clúster de Còmic i Nous Media de Mallorca y comisariada por Sonia Delgado y Juan Roig, quien precisó que la idea empezó a gestarse a raíz del Paseo Astral que Max realizó para exponer en el stand de El País en ARCO 2013.

En función del estilo de cada uno de los dibujantes, éstos fueron asignados a una u otra sala del museo. Por su faceta realista, con un sello que ha madurado en las páginas y cubiertas del universo Gotham de DC Comics, Guillem March ha recalado en el espacio reservado a El arte moderno en Balears y el progreso hacia las vanguardias. En su intervención ha buscado un punto intermedio entre las pinturas ciclópeas de Sert y el costumbrismo de Pilar Montaner de Sureda, mostrando una "payesa con tics de súperheroe", apuntó.

En esta misma zona Paco Díaz, conocido por sus trabajos para series como X-Men, Lobezno o Scarlet Spiderman, sugiere una historia que integra, a modo de viñetas, las obras de Leo Gestel y Archie Gittes, en un intento de obtener la fusión estilística de los tres autores. Entre los paisajes de la Tramuntana encontra su lugar Pau, que sitúa a dos de sus personajes, los perros Atlas y Axis, en este entorno; mientras que Álex Fito brinda el trágico final que vivieron tanto Modigliani y su mujer como el falsificador de su obra, Elmyr de Hory.

Tres autores de historietas han encontrado su lugar en la sala de las vanguardias históricas. Es el caso de 'Ata', que ofrece una propuesta alocada y rebosante de humor en torno a la tauromaquia y Picasso; y Jaume Balaguer, quien tuvo que enfrentarse al "reto" de intervenir con una escultura, la escoba descontextualizada por Man Ray y "convertirla en personaje de cómic, integrarla en un gag", algo que logró gracias a la "inmediatez. La primera idea es la que vale y pensé en un peluquero cortándole el pelo a la escoba", apuntó el también ilustrador.

En su intervención en la sala dedicada a Miró, Pere Joan presenta dos personajes-manchas que dialogan sobre la naturaleza del mundo mironiano, mientras recorren la sala e interactúan con otros seres de este universo, un discurso en blanco y negro que el veterano y curtido dibujante ha construido a partir de la "sátira del poder" y la relación entre "cómic y escatología", después de vencer el "miedo a vulgarizar" a Miró que le invadió en un primer momento.

En el espacio en el que conviven corrientes de los años 60, 70 y 80 pueden contemplarse los trabajos de Rafel Vaquer, Bartolomé Seguí y Max. El primero, a través de una performance y una videoinstalación protagonizada por su personaje Johnny Roqueta, que unifica la obra de Nam June Paik y la violonchelista Charlotte Moorman, con el vídeo de Wolf Vostell, en una propuesta transgresora e irreverente. El segundo, a partir de la obra Kiss Munic de Darío Villalba, con referencias a Roy Lichtenstein; y en el caso de Max, transformando dos cuadros de Barceló (Fifteen holes y Tetes de sardines) en viñetas de cómic gracias a su intervención en un rincón. "Jugué con ventaja, ya que Barceló y yo tenemos estéticas opuestas: el barroquismo de la materia frente al minimalismo de la línea", apuntó. Completa la muestra Canizales, quien a través de la obra de Bernardí Roig se enfrenta al "capitalismo caníbal".

Por otra parte, también se presentaron en Es Baluard las exposiciones dedicadas a José Muñoz y Herr Seele.