El viento se levanta Japón, 112 min. **** Director: Hayao Miyazak Actores: (animación) Cines: Ocimax

Con esta película Hayao Miyazaki (El viaje de Chichiro) anunció su retirada definitiva. El viento se levanta recurre a un relato más clásico pero mantiene el resto de virtudes, y alguna contradicción, del cineasta: Su sensibilidad extrema, su hábil sublimación de la nostalgia, su perfeccionismo con la técnica clásica de animación, su capacidad de fascinación y cierta ambigüedad ante los conflictos bélicos.

El título está sacado del poema El cementerio marino de Paul Valery. Arranca en los años 20 del siglo pasado, en los inicios de la aviación en su país. Narra la vida de un chico enamorado de la aeronáutica que por impedimento físico (miopía) reconduce su vocación hacia la ingeniería. El tramo que narra su juventud es soberbio, atrapa por su combinación de nostalgia, tensión dramática (el terremoto y posterior incendio que arrasan su ciudad), moderada denuncia de la desigualdad social, romanticismo y flashes de virtuosismo en las escenas de los sueños y sus intuiciones profesionales. Avanzada la historia, decae un poco. La trama amorosa se escora hacia el melodrama y la principal se debate entre criticar o condescender con los conflictos bélicos, ya que el protagonista es/fue, el diseñador de los tristemente famosos cazas Zero. Miyazaki se justifica insistiendo en que el hombre diseñó aviones, no bombas, y no renunció por lealtad a sus paisanos y la esperanza de crear aviones comerciales cuando finalizara el conflicto. Aún así se echa de menos una crítica más firme, como la mostrada en El castillo ambulante. A pesar de esa tibieza, El viento se levanta es una despedida de vuelo alto, una película igual de cautivante para menores y adultos.