Treinta años han esperado las Canciones de Valldemossa, de Antón García Abril, para ser cantadas en el pueblo que las vio nacer. La mezzosoprano Zandra McMaster hará resonar este domingo la Cartoixa de Valldemossa con un majestuoso recital que cerrará la XXXIII edición del Festival Internacional Chopin de Valldemossa.

La velada se divide en dos partes. La primera de ellas comprendida por obras de Wagner, en homenaje a su bicentenario; y de Franz Listz, suegro del dramaturgo. La segunda la forman las nueve composiciones de García Abril, integrado por creaciones de seis poetas más tres de Antonio Gala. "Me hacía mucha ilusón que viniera -refiriéndose a Gala-, pero por cuestiones de salud no ha podido venir", se apenó la cantante.

"La elección de los poemas es en honor a Chopin. Todos escribieron para ello y le pidieron a García Abril que compusiera la música", afirmó la cantante, quien además le dedica el broche del festival a su buen amigo. "Cumple 80 años y cantar en Valldemossa es parte de mi regalo", anunció sonriente la mezzosoprano.

Zandra McMaster se define como "una mezzosoprano lírico-dramática" brindada con una voz "hinchada". Nació en Irlanda del Norte, pero actualmente reside en Madrid. Canta en ópera, oratorio, conciertos con orquesta, música de cámara y recitales. "Los cantantes nórdicos se preparan más. Aquí se centran en la ópera", declaró. Para convertirse en la gran mezzosoprano que cautivará la Cartuja, estudió en el Trinity College of Music de Londres y en el London Opera Centre.

Tras su actuación en Mallorca, continuará con su obsequio al compositor en la ciudad británica, para seguir con las Canciones de Valldemossa por Helsinki, Moscú, Irlanda y Dallas. De entre los nueve poemas, McMaster escoge No por amor, no por tristeza de Antonio Gala. "Creo que en cien años la gente cantará esta canción, es maravillosa", auguró la cantante.

Pero ella, con su fuerte carácter, es capaz de interpretar cualquier pieza que se le presente. "Los artistas clásicos cantamos en todos los idiomas - McMaster entonará cinco durante su recital-. Paso más tiempo estudiando las palabras que cantándolas", aseguró la norirlandesa.

Garantiza sentirse más española que irlandesa, y se indigna con la situación por la que está pasando la Simfònica. "Todos los pueblos y ciudades necesitan una orquesta. La Simfònica es parte de la cultura de Palma. Si desaparece, se desvanece parte de su identidad. Sin ella, se pierde todo", lamentó la cantante, quien ha cantado en diversas ocasiones con el conjunto dirigido por Josep Vicent. "Viendo como van las cosas, lo triste es que no sé si podré volver a actuar con ellos".