El mercado de invierno bajó el telón sin que el Real Mallorca consiguiera cumplir los dos grandes objetivos que se había marcado: cerrar la contratación de un delantero y adelgazar una plantilla sobredimensionada. La baja de Alberto López, confirmada sobre la bocina, fue anecdótica por el poco peso deportivo y económico que tenía el jugador.

Fue una jornada frenética en la que Maheta Molango y Javi Recio trataron sin éxito de reforzar la parcela ofensiva con un atacante de referencia. Carlos Castro fue la opción más apetecible para el Mallorca y para varios equipos de Segunda. El delantero del Sporting se dejó querer, azuzado por su representante, pero finalmente el club asturiano le cerró la puerta de salida y tuvo que resignarse a terminar el curso en El Molinón.

No había mucho más donde elegir. Durante las últimas horas del mercado la oferta de delanteros contrastados era escasa y la dirección deportiva no logró firmar a ninguno, para alivio de un Dejan Lekic que seguirá sin competencia en su puesto.

El otro gran fracaso del Mallorca fue no haber podido adelgazar un plantel en el que figuran nada menos que 26 jugadores. Tres altas (Saúl García, Sasa Zdjelar y Angeliño) y solo dos bajas ?Damià y Alberto López? han descompensado una plantilla que será difícil de gestionar para Javier Olaizola.

Molango y Recio habían indicado el camino de salida a varios jugadores con poco o ningún protagonismo en el equipo con la esperanza de ahorrarse sus fichas, subir el tope salarial y disponer de un mayor margen para acometer alguna contratación.

Óscar Díaz y Salomao encabezaban la lista de ?proscritos?, pero ambos seguirán vinculados a la entidad balear al menos hasta el próximo verano. Por deseo propio o porque no encontraron una propuesta de otro club que les sedujera.

Alberto López jugará en el Murcia después de cancelar su cesión en el Mallorca. El Málaga, propietario de los derechos federativos del jugador, autorizó su préstamo al conjunto murciano que milita en Segunda B.