Independientemente del resultado, con lo que hay que quedarse del partido del Mallorca ayer en Getafe es con el lavado de cara que ha sufrido el equipo con la llegada de Olaizola. Le ha costado, con dos primeros partidos nefastos en Almería y ante el Numancia, pero se vio una mejoría ante el Mirandés la semana pasada y ayer frente a un Getafe que no demostró su impresionante racha que le ha llevado a luchar por el ascenso directo. El Mallorca fue mejor que su rival, y si no sumó su segunda victoria consecutiva por primera vez en la temporada fue porque el árbitro vio penalti en una acción que las imágenes se encargaron de demostrar que no era. Una lástima y demasiado castigo para los méritos del grupo de Olaizola, que parece haber encontrado un sistema apropiado a sus jugadores. Juan Rodríguez y Juan Domínguez han aumentado sus prestaciones sin la presencia de Culio, y Lekic parece que, por fin, puede ser el delantero de referencia que tanto necesita el equipo.
Solo es una sensible mejoría, que debe quedar ratificada con la llegada de resultados. En Reus, una de las revelaciones de la temporada, empieza la segunda vuelta y el equipo, pese a las importantes bajas de Raíllo, Campabadal y Brandon, debe demostrar que la mejoría mostrada en los dos últimos partidos no es flor de un día. Algo de luz se ve al final del túnel.
