El mercado de invierno levantará el telón el próximo 1 de enero y dará la posibilidad al Real Mallorca de corregir, al menos en parte, las lagunas que dejó la planificación deportiva que se llevó a cabo el pasado verano. Este año, sin embargo, se prevé en la isla un mercado menos agitado que el del pasado curso.
La llegada del grupo de Robert Sarver el 4 de enero multiplicó los recursos para fichar durante un mes en el que el Mallorca dinamitó el mercado. La entidad balear se hizo notar al firmar seis altas durante aquel enero. En los casos de Lago y Óscar Díaz previo pago de sus cláusulas de rescisión, lo que conmocionó el austero mercado de Segunda División y provocó algunas críticas a Maheta Molango.
El Mallorca echó sus redes exclusivamente sobre futbolistas de ataque que dispararon las expectativas, aunque la mayoría de ellos no tardaron en defraudarlas. Ortuño, el único que llegó cedido, rechazó continuar en la entidad balear y se enroló en el Cádiz. Colunga se fue en agosto dando un portazo. Lago, Pol Roigé, Salomao y Óscar Díaz siguen, pero su rendimiento ha dejado mucho que desear.
También hubo movimiento en el capítulo de bajas. Abandonaron definitivamente la isla Fofo, Javi Ros y Bianchi. Lima bajó al filial y Carioca fue despedido. Moutinho y Tià Sastre regresaron a la disciplina bermellona después de cumplir cesión en el Tenerife y L'Hospitalet respectivamente.
Es improbable que el mercado invernal que está a punto de abrir oficialmente vaya a dar tanto juego. Habrá menos cantidad de fichajes y, sobre el papel, menos calidad. El tope salarial deja muy poco margen a Molango y Javi Recio salvo que se produzcan varias salidas.
