El Mallorca B encadena seis jornadas sin encajar gol. Una estadística positiva en el aspecto defensivo, pero que se tuerce cuando se le da la vuelta a la hoja. Y es que los rojillos solo han sido capaces de marcar un gol en 540 minutos de juego. Ello desemboca en una especie de 'sueño de la marmota' en el que los de Javier Olaizola, pese a hacer bien su trabajo, casi siempre se quedan sin la guinda al pastel. Es decir, el gol. Y lo de ayer no fue ni mucho menos una excepción.

Frente a un Ebro en línea descendente tras un brillante arranque de competición, los rojillos volvieron a refrendar que son, junto al Eldense y al Espanyol B, uno de los equipos más asequibles para aquel que visite Son Bibiloni. Pese a que el Mallorca B mereció mucho más que un pírrico empate a cero, ayer volvió a ser más de lo mismo. En este caso, el guardameta aragonés Montoya se encargó con sus paradas de abortar una y otra vez las acciones ofensivas de un once rojillo lanzado durante la primera media hora de partido. En este intervalo de tiempo, James a bocajarro, Cedric al exterior de la red y Juanjo solo en el segundo palo tras falta botada por la izquierda por Ángel Sánchez, pusieron en un brete la integridad del marco visitante que solo pudo responder de forma timida a través de Víctor Bravo, que al cuarto de hora encontró un hueco dentro del área local para soltar un latigazo al que respondió con acierto Valens. Al descanso, tablas en el marcador. Y la historia de anteriores partidos que se estaba calcando una vez más.

Tras el paso por vestuarios al Mallorca B se le acabó la gasolina con rapidez. El disparo excesivamente cruzado de James al minuto 7 de la reanudación fue el epitafio futbolístico de un once local que se diluyó en su juego ante el empuje del conjunto de Emilio Larraz, viendo cómo las piernas de sus rivales ya no reaccionaban como a principio de partido. De hecho, los alicantinos dispusieron de varias opciones para batir el marco de Valens, con sendos lanzmientos de Canario -al cuerpo de Raúl-, de Valero al palo así como un centro de Kevin al corazón del área local que no acabó en gol porque Gabarre no llegó a rematar con la cabeza. Y de nuevo Kevin cerró el capítulo de opciones del Ebro de romper el cerocerismo en el marcador, pero el propio Kevin, solo en el punto de penalti, regaló el esférico a Valens.

Con todo, el Mallorca B dispuso de una clara opción para al menos llevarse el triunfo. Un monumental error del lateral diestro Cristian Márquez no fue aprovechado por el recién ingresado a cancha Jaume Pol, que no supo batir a Montoya en su salida, cerrando de esta manera el capítulo de ocasiones de un partido que acabó como empezó, con el cerocerismo en el marcador.

Tercer empate consecutivo de los bermellones y sexto partido seguido sin encajar ni un gol. El filial está a tres puntos de la zona baja de la clasificación y visita al Saguntino el próximo fin de semana.