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La crónica

El Mallorca paga su falta de puntería

El equipo de Ferrer deja escapar una gran oportunidad de sumar los tres puntos ante un rácano Lugo que aprovechó una de sus dos únicas ocasiones - Tras tirar la primera parte, los rojillos reaccionaron con un gol de Pereira y, tras el empate, Coro tuvo el de la victoria con el tiempo cumplido

Tres victorias en catorce jornadas. Ese es el triste balance del Mallorca cuando se ha alcanzado el primer tercio del campeonato. Habrá que ir pensando que este equipo no da más de sí. Ayer, ante un Lugo más que mediocre, pese a ocupar la sexta plaza, el equipo de Ferrer se mostró incapaz de ganar y, lo que es peor, mantener una mínima ventaja que le hubiera dado un triunfo vital. Es muy posible que, una jornada más, nada pase. El Mallorca de la segunda parte mejoró sus prestaciones, aunque después de tirar por la borda una primera difícil de justificar. Por una lentitud que se confunde con desidia. A un equipo situado en zona de descenso se le ha de exigir mucho más. Y eso es trabajo del entrenador.

Otra primera parte para olvidar, un duelo mil veces visto, lo que en lugar de Mirandés, Zaragoza o Llagostera, ayer estaba delante el Lugo. Cada partido en Son Moix es un calco del anterior.

Como dice Guardiola, no hay entrenadores buenos o malos, sino valientes o no. Y Ferrer no se encuentra entre los técnicos atrevidos, los que apuestan por un planteamiento atacante. Siempre el mismo sistema, siempre los mismos jugadores. Da igual si Ros no está para jugar. El centrocampista ha caído de pie con Ferrer y juega por lo civil o por lo criminal. Y mientras, Damià y Tià Sastre muriéndose de asco en el banquillo a la espera de una oportunidad que no llega. Los cambios llegan cuando a la fuerza ahorcan.

Pese al dramatismo del partido -el equipo está en puestos de descenso y Ferrer está más en la cuerda floja que nunca-, lo rojillos se espantaron y afrontaron el duelo ante los gallegos con una flojera desesperante. Más parecía un amistoso de pretemporada que un compromiso en el que se supone que te juegas la vida. Ferrer premió el estéril gol de Coro en El Sadar con la titularidad, de nuevo en perjuicio de un Bianchi que está con la mosca tras la oreja. En defensa, el técnico apostó sorprendentemente por Truyols para suplir a Oriol en el lateral izquierdo, dejando con las ganas a Joan Sastre. Pero en este Mallorca parece dar igual quién juegue. A los hombres del Chapi les costó un mundo que se metieran en el partido. Falta en el equipo ese jugador que conduzca, que retenga, que cambie de ritmo cuando proceda, que apriete en defensa y filtre pases en ataque. Un líder.

El equipo de Milla, muy rácano, jugó a verlas venir. Tímido en ataque, en defensa pasó por apuros en la segunda parte. En el primer tiempo, solo Sissoko al filo del descanso disfrutó de la mejor ocasión, pero su disparo fue despejado de manera magistral por José Juan, a quien sus compañeros han de agradecer el punto.

Media hora antes fue Timon quien evitó que el Lugo se adelantara al solventar un mano a mano con Caballero. Poco más paso en una primera parte anodina, insufrible para los pocos espectadores que se dieron cita ayer en Son Moix. Más de tres mil optaron por el Clásico.

Ferrer castigó tras el descanso el pésimo partido de Ros -desacertado- y Moutinho -desganado- y dio entrada a Bianchi y James, jugador de la cantera, que le dio algo de vida a la delantera. James le puso las ganas que no se vieron en el portugués, y el equipo salió ganando. Era otro Mallorca, acuciado por el tiempo y el resultado. Las ocasiones empezaron a llegar. Primero, la del Lugo. Iriome ganó la espalda a Truyols, que pasó un calvario como lateral izquierdo, pero su remate lo adivinó Timon. A los diez minutos Pereira adelantaría a su equipo tras aprovechar un gran centro de Yuste. Había que administrar la ventaja. El Lugo no parecía dispuesto a presentar batalla. Pero en punta tiene a un jugador, Caballero, que es un peligro constante. Y aprovechó su oportunidad al hacer un caño a Aveldaño y batir por bajo a Timon. Fue un mazazo. Coro, con el tiempo cumplido, tuvo la victoria pero su remate de cabeza fue respondido con un paradón del portero lucense. Una lástima porque el equipo se hizo merecedor a la victoria. El empate agrava la situación de un equipo estancado, al que le cuesta un mundo ganar. Ayer pagó su alarmante falta de puntería.

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