No hay manera. Bianchi no marca, y el Mallorca lo acusa en forma de puntos. Cuando en la duodécima jornada del campeonato el delantero de referencia, el hombre que está destinado a marcar los goles solo suma uno, mal asunto. Se podrá decir, y no falta razón, que al delantero italiano le llegan muy pocos balones en condiciones, que el equipo juega pensando más en no encajar que en marcar y muchos argumentos más. Pero también es verdad que en los pocos balones que llegan en condiciones al área rival, Bianchi casi nunca está o llega tarde.
En el partido de ayer se produjeron dos acciones en las que el ex jugador del Bologna quedó señalado. En la primera, en el primer periodo, un centro de Pereira desde la banda izquierda fue rematado por...Campabadal. ¿Dónde estaba Bianchi? En el lugar correcto está claro que no.
En la segunda parte remató de cabeza un saque de esquina botado por Moutinho que impactó primero en Yuste. El balón se fue lejos de los tres palos, sin que Bono, guardameta del conjunto maño, tuviera que intervenir. Es verdad que el balón no era fácil de rematar, pero por una razón u otra tampoco fue la buena.
Además, Bianchi, que ya ha dejado de jugar en algún partido por decisión del entrenador, cayó ayer en más de un fuera de juego, varios en la primera parte. Y en la segunda, nada más entrar Brandon al terreno de juego, le puso un balón franco al italiano, pero éste se encontraba de nuevo en fuera de juego.
Hasta ahora se ha valorado, justamente, la capacidad de trabajo de Bianchi en bien del equipo, y la cantidad de balones aéreos que se hace suyos. Pero es insuficiente. Seguramente la culpa de la falta de gol no es toda suya, pero como delantero de referencia es el principal responsable. Él y el entrenador deben buscar soluciones. Cuanto antes mejor.
