Lo mejor que le podría haber pasado al Mallorca es que el árbitro pitara el final. Fue uno de esos partidos que en anteriores temporadas se hubieran perdido por el simple empuje del adversario, pero este equipo está demostrando personalidad, incluso cuando juega mal. Ayer no brilló, ni de lejos, pero supo resistir justo cuando más difícil lo tenía, con uno menos en los últimos quince minutos por una lesión muscular de Arana, que acababa de entrar al campo como tercer recambio.
Este punto supone estar una semana más sin perder, y ya van cinco, aunque la escalada real en la clasificación se conseguirá encadenando victorias. Eso sí, ahora ya solo está a tres de los puestos de promoción, un ejemplo claro de que en esta Liga Adelante, en la que apenas se producen resultados lógicos, todavía queda mucha tela por cortar. Y los rojillos, ayer de negro, están demostrando que están preparados para luchar contra el que sea, al menos de momento.
Es cierto que la falta de pegada del Leganés, con un Borja Lázaro negado, fue una gran baza a favor de los baleares, pero también se puede decir lo mismo de los isleños, que siguen acusando su falta de pólvora. Ayer no fue una excepción, con un Bianchi desesperado y un Coro al que, solo por currículum, hay que exigirle mucho más de lo que está ofreciendo desde que aterrizó en la isla. Este empate todavía agudiza más la necesidad de derrotar el próximo sábado al Zaragoza en el Iberostar Estadio, sobre todo porque en la siguiente jornada se visitará el campo del hasta ayer líder Osasuna. Al Mallorca le costó de lo lindo crear peligro en la primera mitad. Y eso que sobre el papel el once por el que apostó Ferrer era más ofensivo de lo acostumbrado, con Coro actuando de enganche. Sin que el Leganés hiciera nada del otro mundo, paulatinamente se fue acercando poco a poco a la meta de Timon. De hecho, Gabriel tiró fuera desde la frontal cuando tenía toda la portería para él. Los bermellones apenas superaron el centro del campo con cierto peligro. Pero en una fantástica acción individual de Pereira, que dejó sentados a Gabriel y Mantovani, no fue aprovechada por Coro, que con un mal control desaprovechó una buena ocasión en el corazón del área.
El resto de la primera mitad fue para los madrileños, pero tampoco sin meter demasiado miedo. Solo en el minuto 36 Borja Lázaro estuvo cerca de marcar, pero la punta de la bota de David Costas evitó su disparo cuando estaba solo, algo escorado, ante Timon. Los baleares no se encontraban finos, con un Campabadal desacertado en el extremo izquierdo, ante un adversario que todavía no sabe lo que es perder en Butarque.
La segunda parte tuvo mucho más ritmo por las dos partes, aunque el Mallorca esperaba descaradamente el contraataque perfecto que jamás llegó. Ni con la entrada de Brandon ni Tià Sastre, que le dio más equilibrio. Un tiro de Dovale que rebotó en un zaguero fue un gran susto, aunque los de Ferrer espabilaron con una doble ocasión de Javi Ros, primero con un cabezazo y después con un chut desde fuera del área.
El único error de David Costas en todo el partido pudo haber costado la derrota. Borja Lázaro le ganó la posición y su tiro se fue al larguero. Y poco después, Dovale otra vez, puso a prueba a un buen Timon. Chapi dio entrada a Arana, que se lesionó al minuto. El equipo pasó de ir a por el partido a quedarse en inferioridad un cuarto de hora. Era el momento en el que había que firmar el empate. Y lo consiguió evidenciando que este Mallorca sabe defender sufriendo. Y eso que los pepineros lo intentaron con un Szymanowski muy peligroso, que obligó al portero alemán a lucirse en el primer remate mientras que el segundo el balón chocó en un zaguero. Ya en el descuento, Gabriel dispuso de una última oportunidad que se fue fuera para la frustración de los locales y alivio de los isleños que, visto lo visto, deben felicitarse por este punto. Pero esto tiene que ir a más. No queda otra.
Butarque (4.400 espectadores)
Leganés: Serantes, Albizua, Mantovani, Insua, Luis Ruiz (Ruben Peña, min. 64), Gabriel, Szymanowski, Omar Ramos (Guillermo, min. 45), Galarreta, Toni Dovale (Lluís Sastre, min. 13) y Borja Lázaro.
Real Mallorca: Timon; Company, Aveldaño, Costas, Oriol; Sissoko, Ros; Campabadal (Brandon, min. 56), Pereira (Arana, min. 75), Coro (Tià Sastre, min. 57) y Bianchi.
Árbitro: Arcediano Monescillo (C. Castilla-León).
Tarjetas amarillas: Omar (min. 39), Javi Ros (min. 41), Company (min.47) e Insua (min. 58).
