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La liga

Matinales indigestas

La última victoria del Mallorca un domingo por la mañana se remonta a marzo de 2013 cuando se impuso 1-2 en Granada en el último suspiro

Matinales indigestas

A los supersticiosos el dato no les hará ninguna gracia. Es mejor que el Mallorca no se fije en la historia más reciente de los partidos que se ha visto obligado a disputar los domingos por la mañana porque los números no invitan precisamente al optimismo. Para encontrar la última victoria del equipo rojillo en jornada matinal hay que remontarse al 3 de marzo de 2013, cuando el Mallorca se impuso por 1-2 al Granada con goles de Alfaro y Hemed, el del israelí en el último segundo del partido. Al equipo lo entrenaba Gregorio Manzano, hoy en China, que acababa de sustituir a Joaquín Caparrós, que no ha vuelto a levantar cabeza desde que dejara el Mallorca.

Más difícil se hace encontrar el último triunfo mallorquinista en el Iberostar Estadio en un domingo por la mañana. Fue el 23 de septiembre de 2012, en Primera, cuando el equipo se impuso por 2-0 al Valencia. Son las dos únicas victorias rojillas en diecinueve partidos disputados en horario matinal. El resto, cinco empates y la friolera de doce derrotas.

Se desconoce el motivo, pero los biorritmos de los jugadores del Mallorca no funcionan igual por las mañanas que por las tardes. En la actual campaña, una derrota, en Bilbao, y un empate, en Oviedo. Y la pasada temporada tres derrotas en Son Moix por un empate, ante el Numancia. En el único partido disputado por la mañana lejos de Palma en el pasado ejercicio, el equipo recibió una tunda, 6-4 en el Sadar, después de ir ganando 1-3 a falta de 25 minutos.

Pese a que jugar por las mañanas se le indegesta al Mallorca, lo cierto es que el horario ha cuajado en el fútbol español, y las gradas de los estadios suelen presentar un muy buen aspecto, sobre todo si el tiempo acompaña. El Mallorca no es la excepción. En las matinales de los domingos acuden los aficionados con una mayor afluencia que por las tardes. Habrá que ver cómo responde hoy la afición, que confía en que la tímida reacción experimentada por el equipo se concrete un triunfo convincente que permita mantener vivo el sueño del ascenso. El primer enemigo hoy no será el Almería, sino la matinal, habitual mala compañera del Mallorca, al que le cuesta Dios y ayuda sumar los tres puntos.

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