No me atrevo a considerar una contradicción que Ferrer afirme que "hay que tomarse en serio la Copa del Rey", con el hecho de preservar a seis de los jugadores que fueron titulares en San Mamés. En cambio sí creo que esta decisión confiere carácter de "imprescindibles" a Kasim, Aveldaño, Yuste, Pereira, Brandon y Oriol. El "míster" tiene las cosas claras. Al menos, estas. Bueno y también la enorme confianza que ha depositado en el defensa brasileño Hugo Gomes que, no lo olvidemos, era uno de los jóvenes cariocas, junto al mediapunta Lima y al punta Luis Felipe, pretendidos por clubes de toda Europa, según dijo Utz Claassen en su presentación. Siempre nos quedará Guinea.
En cuanto a la Copa, ya me he expresado frecuentemente contrario a su fórmula y sentido. La UEFA hace años que eliminó la Recopa, el Mallorca disputó su última final, en la que competían los campeones del KO. En un calendario como el actual que entre torneos internacionales y de selecciones no admite un respiro, este campeonato por eliminatorias no tiene cabida ni consuelo para nadie. Es una pérdida de tiempo y, en la mayoría de casos, de dinero. Por eso cuando el Chapi dice lo que ha dicho, hay que mirarle a la cara. No dice lo que piensa, sino que piensa lo que dice. O sea, no queda otra que jugar; si pasa, vale y si no, pues también. Por una vez y sin que se vaya a repetir, completamente de acuerdo. Por buscarle algún aliciente, la previsible alineación de David Costas y Sissoko a modo de debut y la presentación en Palma de Bianchi, ya que el domingo deberá ceder su sitio por sanción. Por parte visitante, ver a Leo Franco estirando el chicle hasta convertirse en globo me produce más nostalgia que admiración.
