Apenas faltan dos semanas para que arranque la Liga y el Mallorca ha registrado más entradas que salidas. Los aficionados, entre ellos alguno de lustre, se preguntan si el equipo que terminó la temporada en junio es mejor o peor que el que la comenzará en poco más de quince días. Difícil evaluación en estos momentos, pero para superar los resultados obtenidos y el nivel del juego desplegado no es necesario sudar mucho, pues el listón quedó muy abajo. Ahora bien, tampoco sabemos quién o quiénes podrán hacernos olvidar a Marco Asensio, los goles de Xisco y, en menor orden, la firmeza de Bigas.
La rampa de salida sigue abierta para Truyols, Fofo, Bustos, Agus y Cendrós. Ningún club se pirra por sus servicios. Curiosamente el Lugo quiso fichar al lateral, pero el Mallorca mantiene la guerra a través de un expediente cuyo único fin apunta a ahorrarse el año que le queda de contrato y que Pau quiere percibir al menos en parte. Pésimo guión sea quien sea su autor. En suma, cinco jugadores que, de no cambiar de aires, tendrán derecho a número de dorsal y sus emolumentos formarán parte del presupuesto a presentar en la LFP, aparte otros derechos laborales. Podría terminar dándose el caso de que el coste de la primera plantilla no fuera mayor que el de algunos departamentos internos. Los salarios de algunos ejecutivos, dirección deportiva y algún que otro cargo representativo, rondan los cuatrocientos mil euros anuales. Una cifra que cubriría probablemente dos o tres fichajes de lujo. Lo que está claro es que si no se producen las bajas esperadas, los números se descuadran. Para conocer esta y otras respuestas necesitaremos paciencia e investigación, ya que las filtraciones han pasado a formar parte de una estrategia caducada.
