Piedra a piedra, Utz Claassen va construyéndose su edificio, el Real Mallorca del futuro. Su poder no se lo dan las acciones porque todavía no tiene mayoría, pero domina el organigrama directivo a través de personas de su máxima confianza en cuatro puestos claves: los dos apoderados, el director general y el director deportivo. Y lo más curioso es que lo ha logrado gracias a los votos de un Biel Cerdà que, a cambio, no ha impuesto a profesionales cercanos a él.

El Consejo de Administración celebrado el pasado lunes dio a Claassen la mayor cuota de poder que ha tenido en el club desde que se unió al proyecto que entonces lideraba Llorenç Serra Ferrer en noviembre de 2010. El nombramiento de Juan Barrios y su esposa Annette Claassen como apoderados se traducirá en menos reuniones del Consejo porque la mayoría de las decisiones las tomarán las dos personas de confianza del alemán. Se conforma, además, una notable pérdida de influencia de Serra Ferrer, que pese a reunir el 48 por ciento de los títulos no tendrá ninguna incidencia en el día a día de la entidad.

Claassen ha ideado una forma de gobierno mancomunada entre Barrios, apoderado ejecutivo, y su esposa, apoderada de control.

El propio Barrios seguirá al frente de las finanzas como director general. Y supervisando el área deportiva otra persona cercana al alemán: Miquel Àngel Nadal.

Hasta que finalice la ampliación de capital no habrá nada en el club que escape al control del germano. Es el único de los accionistas que ha dicho públicamente que a partir del 24 de noviembre va a cubrir su parte de capital, unos 900.000 euros. El gran interrogante es Serra Ferrer, que sigue escondiendo sus intenciones.

Claassen acudirá a la ampliación con el 45 por ciento de los títulos que reunirá cuando firme la compra del 25 por ciento de Pedro Terrasa. El club será suyo si Serra Ferrer desiste de cubrir su parte, cerca de un millón de euros. Y el alemán parece tener claro que tendrá el camino despejado. "Mi esposa aporta integridad, exactitud, limpieza y orden. Está muy bien cualificada y es un símbolo de una cierta estabilidad de la estructura de accionistas a largo plazo. Serra, Terrasa y Cerdà han anunciado su salida, y hay que asegurar que habrá accionistas en el futuro. Refleja un compromiso por parte de mi familia para el futuro del club", declaró el teutón después del Consejo.

Las palabras de Claassen no admiten interpretaciones sobre sus intenciones. La incorporación de su esposa al proyecto es un anuncio de los tiempos que están por llegar.

¿Y qué ocurrirá con Biel Cerdà? No entra en los planes del germano, pero se desconoce cuándo y a cambio de qué abandonará el Mallorca. El presidente ha reiterado que acudirá a la ampliación de capital y después dejará su cargo de presidente y su silla en el Consejo de Administración.

En teoría mantendría su cinco por ciento de acciones, y su condición de bisagra si Serra Ferrer también acude a la ampliación y todo queda igual.

Pero Claassen tiene preparada su hoja de ruta y todo pasa porque Cerdà se desvincule completamente de la institución bermellona. Probablemente solo los dos accionistas conocen cuál va a ser el desenlace. Por ahora niegan un acuerdo para co-gestionar este periodo de transición hasta la inyección de capital, pese a que desde la salida de Dudu Aouate el presidente ha apoyado al teutón en todas las votaciones.

Todos los interrogantes se despejarán antes de Navidades. Pero todo apunta a que el accionista alemán ha empezado un camino que por fin le llevará a controlar el club para poner en marcha su proyecto.