El Real Mallorca y el Llagostera protagonizarán mañana un duelo singular en las dos áreas. Se medirán en el Municipal de Palamós el equipo que más goles ha encajado (19 tantos en contra acumula el grupo de Karpin) y el que menos marca (los de Castillejo solo han materializado tres dianas).

Hay otra estadística que da cuenta de la particularidad de un encuentro que ha sorprendido a ambos equipos en una situación clasificatoria apurada. El grupo bermellón es uno es uno de los equipos más realizadores de la categoría: 13 tantos que solo han servido para sumar cinco puntos. A los catalanes, en cambio, les ha bastado con cerra bien atrás -solo han recibido seis dianas- para contabilizar ocho puntos que momentáneamente les deja fuera de las posiciones de descenso.

Ambos equipos arrastran pues problemas opuestos en las áreas. La falta de gol empieza a ser una obsesión para el conjunto de Castillejo, que además se ve obligado a jugar en el ´exilio´ -su campo no es apto para competir en la Liga Adelante-. Y los escasos aficionados de Llagostera que se acercan a Palamós solo han podido cantar dos goles en los cuatro partidos que los catalanes han disputado como locales.

El Mallorca tendrá que esforzarse al máximo para derribar las sólidas defensas de conjunto catalán, el segundo menos goleado de Segunda después del Recre de José Luis Oltra.

No ha tenido demasiados problemas el Mallorca para materializar sus ocasiones -ha marcado en siete jornadas de las ocho disputadas- y cuenta con que Marco Asensio siga tan inspirado como en el triunfo de la pasada jornada ante el Alavés.

El campo tiene unas dimensiones más reducidas de lo normal, lo que ayuda al Llagostera a mantener las líneas más juntas y defender mejor.

En cambio, de mantenerse la actual estadística, será una tarde más o menos plácida para la zaga bermellona, que previsiblemente volverá a pivotar sobre Bigas y Kasim en el eje.

Solo tres goles han anotado los hombres de Castillejo, que cuenta con el exmallorquinista Jordi López como su hombre más desequilibrante.

A los hombres de Karpin les espera un ejercicio de paciencia para llevarse el gato al agua en un duelo que, se prevé, acabará con un marcador muy ajustado.