Hay mucha incertidumbre en el presente y el futuro económico del Real Mallorca. Apenas se conocen datos concretos porque, aseguran varios consejeros de la institución, Biel Cerdà se niega a aportar la información económica de cuando él estuvo a cargo de las finanzas del club pese a que se le ha pedido con insistencia. Sí se conocen dos datos muy preocupantes: a día de hoy solo hay medio millón de euros en la tesorería y nadie sabe de dónde saldrá el dinero para pagar el 1 de julio a los futbolistas 3,2 millones de euros de prima de sus contratos.

Pese a la opacidad que rodea a las cuentas del Real Mallorca, el Consejo de Administración celebrado el martes sirvió para poner de manifiesto una situación financiera muy deteriorada, hasta el punto de que algunos consejeros expresaron su preocupación por el hecho de que no haya dinero para pagar los gastos corrientes a finales del próximo mes de mayo.

El presidente y su hombre de confianza, José María Duran, supervisaron la parcela económica hasta el pasado mes de enero, cuando el pollencí fue despojado de todo su poder ejecutivo y su director general fue despedido.

Existe la certeza de que en el primer semestre del presente ejercicio -entre agosto y diciembre- ambos gastaron una gran parte de lo presupuestado, por lo que los verdaderos problemas van a llegar durante este segundo semestre.

Tanto Cerdà como Duran dejaron una previsión de tesorería en la que, entre otros errores e incoherencias, faltaban los 3,2 millones de euros de primas de contrato de los futbolistas. Es decir, el exdirector general obvió ese compromiso de pago.

El error fue descubierto por Tolo Martorell cuando fue nombrado apoderado junto con Miguel Blum. Se ha buscado sin éxito una manera de hacer aflorar ese dinero para satisfacer a los bermellones el 1 de julio, hasta ahora sin éxito, por lo que ese pago no está ni mucho menos asegurado. Hoy, ni Blum ni Martorell gestionan -son simples consejeros- y el día a día de la entidad lo lleva el gerente Juan Barrios. Las decisiones, como es conocido, se toman en un Consejo de Administración semanal.

Hay medio millón de euros en la tesorería, y al no disponer de una previsión de gastos e ingresos, nadie sabe si de aquí a final de temporada entrará dinero o habrá que afrontar un desembolso inesperado.

Pero el verdadero problema vendrá si el equipo no asciende a Primera. Serra Ferrer lo había apostado todo a una carta. Tenía el convencimiento de que el Mallorca subiría este curso y no existe un plan de viabilidad para otro año en la categoría de Plata.

El presupuesto se reducirá de los 22 millones actuales a ocho o nueve, lo que obligará a drásticos recortes en la plantilla y entre los trabajadores de la entidad.