Pese a que se presenta en clara inferioridad y prácticamente sin ningún apoyo, Llorenç Serra Ferrer promete dar guerra en el Consejo de Administración de esta tarde, en el que están muchas cosas en juego, pero sobre todo una: el papel del máximo accionista en el nuevo panorama generado tras el rocambolesco pacto de sindicación firmado con el presidente Biel Cerdà y por el que éste tiene la última palabra en cualquier toma de decisión. Tras la celebración del Consejo se verá hasta dónde llega realmente el poder del pollencí pese a contar con un raquítico cinco por ciento.

De los diecisésis puntos del orden del día, Serra sabe que tiene perdidos muchos de ellos, pero como director deportivo le interesa fundamentalmente el que afecta a su parcela. Al vicepresidente no le ha gustado nada que Cerdà haya convocado al entrenador José Luis Oltra al Consejo de esta tarde para que informe de los jugadores que la dirección deportiva pretende fichar. Su presencia solo estaba justificada si Serra no presenta un informe técnico de los jugadores que interesan. El entorno del director deportivo asegura que éste tiene realizado un informe técnico de todos los jugadores, y que lo presentará. En cualquier caso, Serra contempla la presencia de Oltra en el Consejo como una buena noticia porque, en teoría, debe dar el visto bueno a los fichajes de los jugadores que se pretenden, entre otras cosas porque el propio Oltra es el que apuesta por ellos. Si finalmente se da el visto bueno a la palabra del entrenador, la llegada del central argelino de la Real Sociedad Camaduro, es inminente.

Más peliagudo lo tendrá en el resto de puntos del orden del día. Para empezar, en el primero, con el cese del secretario del Consejo de Administración, Julián Carnicero, hombre afín a Serra y, por lógica, enemistado con Cerdà. No será el único hombre de Serra que caiga ya que en el sexto punto se abordará y procederá a la destitución de Damon Mark, del departamento de Marketing y organizador de las últimas pretemporadas del equipo.

El séptimo punto también se presenta complicado para Serra Ferrer ya que se abordará "el conflicto de intereses" entre el Mallorca y Jaume Serra, hijo del vicepresidente, "por sus contratos de representación de jugadores de la plantilla".

En un toma y daca que parece no tener fin, Serra hizo incluir en el orden del día "el conflicto de intereses" entre el club y Josep Senespleda, abogado particular del presidente y al mismo tiempo quien asesoró al club en el caso del G30. El pobler quiere conocer "todas las facturas emitidas" e "información de todos los pagos efectuados". También ve Serra "conflicto de intereses" entre el club y la empresa Deloitte porque Guillem Cerdà, hijo del presidente y consejero, "trabajaba en la misma en el momento de la contratación" de la empresa auditora. Finalmente, considera incompatible la relación del club con la empresa de informática Geisa, "dadas las relaciones de amistad personal existentes" con el pollencí.

Mientras, Utz Claassen, que volverá a coincidir en el voto con Cerdà en muchos de los puntos del orden del día para hoy, después de que el pasado verano rompieran relaciones tras las negociaciones que mantuvieron, solicitó el martes al presidente que incluyera en el orden del día la situación de la gestión del Mallorca, que considera desastrosa, una petición que apunta a Cerdà, responsable de la parcela institucional. El presidente concedió al alemán dos horas para que le presentara por escrito el contenido de la propuesta, a lo que Claassen se negó por falta de tiempo.