­Este debate es de los que gustan al mallorquinismo porque significa que su equipo está haciendo las cosas muy bien. El conjunto de Caparrós igualó el domingo, con su triunfo ante el Valencia, el mejor inicio de la historia del Mallorca, con once puntos de quince posibles, que posee el que dirigía Héctor Cúper en la temporada 1997/1998. Aquel grupo ya forma parte de la leyenda del club por muchos motivos en el año que regresaba a Primera División, pero lo cierto es que el actual todavía puede mejorar sus guarismos. "Nosotros teníamos más calidad, en general", pronunció una de las referencias de aquel vestuario, Vicente Engonga. "No hay muchas diferencias", destaca ´Chichi´ Soler, el capitán de esa plantilla, durante la consulta realizada ayer por DIARIO de MALLORCA.

Los dos equipos firmaron un arranque espectacular, con tres victorias y dos empates, motivo suficiente para que la afición se ilusione como entonces. Pero, ¿qué equipo era mejor? Hay opiniones para todos los gustos, pero todas ellas acreditadas. "Nuestro Mallorca atacaba con más alegría, teníamos más diversidad a nivel ofensivo porque teníamos jugadores para ello con Valerón, Stankovic, Moya, Amato y compañía. Era un poco más creativo y no buscaba tanto el balón largo y la segunda jugada, con Pereira y Nsue, entre otros. Eso sí, a los dos equipos nos gustaba defender muy bien y ahora también hay muy buenos jugadores, cada uno con su estilo", destaca Iván Campo, que llegó cedido por el Valencia y cuajó un fantástico curso que le valió ser convocado por Javier Clemente para el Mundial de Francia 1998. Aquel verano fichó por el Real Madrid de Guus Hiddink.

Su compañero en la defensa rojilla era Marcelino Elena, que se deshace en elogios hacia los de Caparrós. "Ambos equipos tienen en común que se cimentan con una buena solidez defensiva y efectividad en ataque. Ahora están aprovechando el acierto de Hemed, como en nuestra época pasaba con Amato, y rentabilizan al máximo sus ocasiones", explica el que fuera central internacional, que abandonó la isla para fichar por el Newcastle inglés dos temporadas después por seis millones de euros -mil millones de pesetas de la época-.

Soler encuentra una gran similitud en los dos equipos a la hora de encarar los duelos. "No les crean muchas ocasiones de gol y se encuentran muy cómodos con el marcador a favor. Y por supuesto hay un componente de suerte, que nosotros también teníamos. Tiene mucho mérito esta eficacia", explica el mallorquín, que era uno de los grandes referentes en el equipo que ascendió a Primera División y que perdió cierto protagonismo con la llegada de Engonga.

Precisamente el cántabro hace una distinción respecto a su excompañero. "Es cierto que defensivamente nos parecemos porque el trabajo es bueno, y que los dos equipos juegan con dos delanteros, pero la propuesta futbolística no es la misma de mitad del campo para arriba. En general nosotros teníamos más calidad, con jugadores que fueron internacionales, aunque ahora hay que reconocer el talento de Víctor o Nsue, por ejemplo, que lo han sido en categorías inferiores", apunta. Y lanza un caramelo al actual vestuario de Son Bibiloni. "Nosotros éramos un equipo novato en Primera, pero muchos de aquellos jugadores tenían experiencia, como yo mismo, que ya tenía treinta años, por lo que no había tanta bisoñez. Por eso me sorprende que los de ahora, que son mucho más jóvenes, con edades que rondan los veintitrés años, sean capaces de hacer lo mismo que nosotros", destaca admirado.

´Chichi´ Soler, por su parte, recuerda otro aspecto que también resalta en este Mallorca. "Todos saben aprovechar sus oportunidades, como sucedía en nuestro equipo. Sancionan a Nunes y Geromel hace un gran partido junto a Conceiçao, que también es nuevo, o quitas a Hemed, que es el máximo goleador, por Arizmendi, y te marca un gol. Estos detalles son importantes porque hay muchos jugadores nuevos y la implicación es importante. En nuestro caso llegaron cinco del Valencia de golpe y algunos más y desde el principio todo funcionó. Por ejemplo, desde el banquillo salía Carreras para jugar en cualquier posición y lo hacía muy bien, como algunos otros", rememora orgulloso. "Es que el ambiente entre todos era muy bueno", señala Marcelino. "Nos llevábamos genial", respalda Iván Campo, que ahora reside en la isla después de abandonar el fútbol tras su exitosa etapa en el Bolton de la Premier League británica.

"El secreto estaba en la unión y en el compromiso con el proyecto, todos creíamos en lo que hacíamos", asegura Soler. "Había solidaridad y jugadores con experiencia organizados muy bien por Héctor Cúper. Desconozco los métodos de Caparrós, pero desprende que es un equipo aguerrido, al que es difícil hacerle goles y con virtudes para marcarlos", subraya Marcelino.

Lo lógico cuando las expectativas están tan altas, con el equipo ocupando la segunda plaza de la clasificación, solo superado por el Barcelona, es preguntarse si este Mallorca puede acabar entre los seis primeros y disputar competiciones europeas. "Soy de los que piensa que un presupuesto no te garantiza resultados. Prefiero diez jugadores que cobren menos y que te resuelvan partidos que dos o tres que cobren mucho y solo te solucionen algunos. A nosotros nadie nos dio importancia hasta Navidad, así que hay que seguir como hasta ahora y quién nos dice que el Mallorca de este año no es el Levante de la pasada temporada", dice Engonga optimista, con el que Soler coincide plenamente. "Si se lo creen, y después de haber visto a muchos equipos, me da la impresión de que pueden aspirar a Europa", expresa. Iván Campo, por su parte, lo tiene claro. "En primer lugar hay que atar la permanencia y después ya se verá, sería fantástico", señala. Y Marcelino es el más cauteloso. "No tiene que ser una obligación. Hay que ser ambicioso, pero realista y no volverse loco", concluye. Todavía queda mucho, pero este Mallorca lleva camino de igualar aquella quinta plaza. Como mínimo.