"¿Por qué nunca juega Ogunjimi?", le preguntaba el pasado sábado un joven mallorquinista a su padre en las gradas de Son Moix durante el partido ante el Barcelona. "Es que está lesionado", le respondió sin saber mucho más qué decir. Era cierto. No había entrado en la lista por molestias en el tobillo derecho, así como tampoco ante el Atlético ni Sporting. Pero el mallorquinismo se extraña de que el fichaje estrella de la temporada, más allá de sus constantes problemas físicos, no goce de ningún protagonismo. Y eso que es la contratación más cara de la temporada al pagar 2,7 millones al Genk.

Hay voces en el Mallorca que apuntan que no tiene el nivel necesario para la categoría, una aseveración muy contundente y que contrasta con su condición de internacional y con el elevado coste que le ha supuesto a un club en Concurso de Acreedores. Otras, las más comunes, defienden que necesita adaptarse al fútbol español, una tesis apoyada por las propias declaraciones del jugador, que confesó que los entrenamientos en Son Bibiloni son mucho más duros que en Bélgica.

Caparrós es el culpable de que el delantero, de 24 años, aterrizara en la isla en noviembre para que se integrara en el grupo, a pesar de que no podía debutar hasta enero, pero también lo es de que juegue un papel más que secundario. Apenas ha disputado 195 minutos repartidos en seis partidos, un ejemplo claro de que al entrenador no le ha convencido. Debutó en la histórica remontada copera ante la Real Sociedad (6-1), pero se quedó en la sombra. En el encuentro liguero en Vallecas, otro que curiosamente también ganaron (0-1), también fue titular, pero pasó desapercibido.

Desde entonces, en las escasas ocasiones que ha disfrutado, ha estado desafortunado. Víctor, Hemed, Alfaro e incluso el punta del filial Álvaro gozan de más confianza para Caparrós, que le ha dejado en el banquillo en partidos en los que estaba obligado a remontar en la segunda parte. Ogunjimi, mientras tanto, muestra su convencimiento de que aprovechará su oportunidad. Si le llega. Y así la afición sabrá algo más del ariete.