El turismo se integrará de pleno derecho en Mallorca en la medida que sea capaz de incorporar elementos diferenciados y específicos al sol y playa. También con su solvencia normalizada en relación a la convivencia con los residentes estables. En Colònia de Sant Jordi ensayan una fórmula que puede ir en la buena dirección. Al lado de la playa paradisiaca existen otros recursos. El lugar arrastra un déficit de instalaciones deportivas. Un primer intento de solventarlo se quedó a medio camino por las dificultades que arrastra el lugar. Ha pasado el tiempo y con él llega, al fin, la solución técnica y la actualización de las dotaciones económicas necesarias para equipar un área deportiva en la Colònia.
De este modo, el viejo campo de fútbol de Ses Ramones recupera vigencia y protagonismo con potestad incluso para diversificar sus instalaciones con otras modalidades deportivas igual de populares, pero no tan masivas, como el atletismo.
Parece que sobra demanda, porque las pistas inacabadas ya reciben aficionados. Se puede lograr un doble objetivo, el de facilitar infraestructuras deportivas a los coloniers de toda la vida y el de ponerlas a disposición del turismo deportivo concreto y dotado, en general, de buena capacidad adquisitiva. Diversificar es la palabra clave. No todo tiene que ser golf y ciclismo para quienes quieren ejercitar el cuerpo y la mente durante su estancia en Mallorca. La Colònia se muestra decidida a ofrecer otras posibilidades complementarias.
