Con lo convulso que está el mundo de la enseñanza y todas las problemáticas asociadas que le salpican, resulta un alivio poder resaltar algunas iniciativas, no estrictamente regladas en el ámbito docente, pero que contribuyen a mejorarlo y a tejer medidas de protección frente a males reales y posibles. En Binissalem saben algo de ello.
El ministerio de Educación y la Federación Española de Municipios han distinguido al consistorio binissalamer con el primer premio del tercer concurso de Buenas Prácticas Municipales por su labor en prevención de la lacra del acoso escolar. No hay medalla ni trofeo material, pero el programa Un tracte pel bon tracte será incorporado al catálogo ministerial, tendrá proyección amplia y con el aval del premio, servirá para que una entidad de crédito haga una aportación económica a una iniciativa que cuenta con la aceptación del noventa por ciento de los participantes.
Talleres en un plan establecido para cuatro años sirven para que alumnos de primaria y secundaria se conciencien sobre el acoso escolar, aprendan a detectarlo y a reaccionar en positivo frente a él. Hablamos de Binissalem pero la acción no se limita a este municipio. Su instituto es comarcal y por tanto la iniciativa se proyecta de forma más amplia, entre otras cosas porque, con el galardón obtenido, sirve de estímulo para realizar acciones paralelas o semejantes en otros lugares y da por eficaz el trabajo de educadores sociales y policias tutores.
