El plan de movilidad sostenible presentado ayer por el Govern contempla la habilitación de una nueva estación intermodal en Inca desde la que se canalizará el transporte público a una serie de espacios sensibles de la Serra de Tramuntana como Lluc, Fornalutx o los miradores de la cordillera. Estos "puntos estratégicos" ubicados a lo largo de la carretera M-10 que atraviesa la Serra han sido identificados por el Consell, los ayuntamientos y el Consorci de Transportes porque "se corresponden con puntos de inicio o final de rutas senderistas o de puntos de interés".

Estos espacios contarán con nuevas paradas de transporte público o bien se mejorarán las existentes a lo largo del presente año. Las actuaciones se complementarán en 2018 con una mejora de las líneas de transporte regular de la zona que partirán de la nueva estación de Inca, cuyo coste se calcula en 800.000 euros.

Es una de las iniciativas que presentaron ayer los consellers de Movilidad y Medio Ambiente, Marc Pons y Vicenç Vidal, en el Port de Pollença, donde el primero firmó con el alcalde Miquel Àngel March el convenio que permitirá la construcción de la futura estación del Moll 'pollencí' que servirá de referencia a las principales líneas de transporte regular y ejercerá de lanzadera para los buses que conectarán el puerto con la península de Formentor a partir del próximo año 2018. La nueva terminal, que también permitirá mejorar la oferta de buses que conecten las bahías de Alcúdia y Pollença con la Serra de Tramuntana, tendrá un coste de 420.000 euros financiados por el Consorci de Transports y el Ayuntamiento, que aportará un máximo de 40.000 euros.

Los dos proyectos citados en Inca y el Port de Pollença tienen el objetivo de potenciar estos dos núcleos como principales "puertas de acceso" a la cordillera mallorquina con transporte público "de forma sostenible y segura", según el conseller Vidal.

Quince años

El conseller Marc Pons explicó que el plan de movilidad sostenible a espacios naturales y playas formará parte de un nuevo modelo de transporte que "quiere ofrecer un servicio que responda a las necesidades actuales y de los próximos quince años". Confió en que la mejora del transporte público consiga reducir la presión de los vehículos particulares y de alquiler en los espacios más emblemáticos de la isla y añadió que las nuevas estaciones de Inca y Pollença "actuarán como puntos de intercambio de movilidad, donde se podrá llegar en coche privado y salir en bus".

Por otra parte, el proyecto presentado ayer, que tiene un coste aproximado de 1,2 millones de euros, incluye hasta noventa actuaciones en diferentes espacios emblemáticos como Cala Varques, Son Real o Mondragó para potenciar y ampliar las líneas de transporte público que conducen a estas zonas protegidas.

En la finca pública de Son Real (Santa Margalida) se construirá una doble parada de bus que será utilizada por las cinco líneas del TIB que circulan por la zona. Costará 38.000 euros. En Cala Varques (Manacor) se hará una actuación similar, aunque en este caso también se estudia la instalación de un aparcamiento disuasorio. En el parque natural de Mondragó se reforzará la señalización viaria en los accesos a los aparcamientos y se incrementará la oferta de transporte público, que contará con nuevas paradas y cambios de ubicación de las actuales. El coste es de 61.000 euros.