Baches como cráteres lunares en la carretera de acceso. Calles sin alumbrado público. Y casas obligadas a recibir el agua en camiones-cisterna y a contar con una fosa séptica, porque no tienen acceso a una red de alcantarillado.

Ésta es la realidad con la que conviven diariamente centenares de personas en la urbanización la Mola de Andratx; una situación en la que llevan años y que les ha empujado a crear una plataforma -integrada también por constructores y administradores de fincas- a fin de que se les dé una solución inmediata ante la falta de dotación de servicios.

Portavoces de esta plataforma advierten de que, llegado el caso, se plantean recurrir a la vía judicial para conseguir una reacción del ayuntamiento de Andratx, presidido por el alcalde Jaume Porsell (PP) gracias a un acuerdo de gobierno con El Pi. "No solo conducimos a oscuras por las peores calles de una urbanización de lujo en Europa, sino que vemos cómo nuestros bienes pierden valor en comparación con los de otros vecinos de Andratx. El resultado de este bloqueo que dura más de ocho años y que paraliza la edificación de nuevas viviendas obliga a vender solares y viviendas muy por debajo de su verdadero precio de mercado", argumentan desde la plataforma, que ha recogido ya más de 200 firmas de apoyo. El problema de la Mola se remonta a hace más de una década. Junto a otra decena de urbanizaciones del municipio (como Montport o Ses Egos), carecían desde su origen de la pertinente dotación de servicios. En 2009, el Ayuntamiento anunció un ambicioso plan para ponerlas al día. La empresa encargada de adecuar las infraestructura fue Acciona, y los gastos, como recuerda la plataforma de la Mola, corrieron a cargo de los propios vecinos de las urbanizaciones. Frente a los avances experimentados por las otras zonas residenciales, en la Mola el tema está empantanado, desde que el Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB) ordenó la paralización de las actuaciones tras una demanda por errores en el proyecto. Desde entonces, lamentan los vecinos de la Mola, la mejora de la zona está frenada.

Críticas generalizadas

En la Mola, viven más de 700 personas, según apunta una fuente inmobiliaria de la zona. La mayoría de ellos son extranjeros (alemanes, ingleses, escandinavos...), pero también hay españoles. Ésta es una de las claves que apuntan desde la plataforma para explicar lo que consideran inacción municipal: "Los extranjeros no votan". Los residentes que han suscrito la iniciativa consideran "inaceptable" el estado en que se encuentra la urbanización. "Es necesaria una actuación inmediata y responsable para poner en condiciones aceptables las zonas deterioradas", apunta uno de ellos.

Las quejas se centran en el mal estado de la carretera. "Subir a la Mola es una temeridad. Lleno de socavones, sin farolas, sin aceras. Una vergüenza con lo alto que es el IBI", sostiene otro residente. "Es lamentable la inmovilidad que practica el Ayuntamiento en la Mola, esperemos que esta plataforma les haga moverse de una vez", corrobora otro habitante