El conflicto está servido. La intención del alcalde de Santa Margalida, Joan Monjo (Convergència-El Pi) de resembrar en la Vila tres de las palmeras que se han arrancado del Passeig Colón de Can Picafort provocó ayer la indignación del partido Can Picafort Unit (CPU). Concretamente, las palmeras que hasta la fecha adornaban el paseo Colón del núcleo costero pasarán a hacer lo propio en el Passeig des Pouàs de Santa Margalida, que también se caracteriza por sus palmeras. Tres de ellas resultaron dañadas por el pasado temporal de lluvia y viento, por lo que serán repuestas con los árboles procedentes de Can Picafort, una operación que los 'picaforters' consideran una afrenta.

El portavoz de CPU, Nofre Plomer, calificó ayer de "ofensa grave" el hecho de que varias palmeras de Can Picafort viajen hasta Santa Margalida y aseguró que si el partido 'picaforter' vuelve a formar parte del equipo de gobierno tras las próximas elecciones volverán a sembrarse las palmeras en el paseo Colón y estas procederán del Passeig des Pouàs de Santa Margalida. "Se utilizarán las que hagan falta", añadió.

El partido de Can Picafort, que actualmente está en la oposición, había calificado de "genocidio" la eliminación de 42 palmeras en el emblemático paseo Colón de la localidad y asegura que la medida del Ayuntamiento ha provocado "mucha crispación" entre los habitantes del núcleo. "No estamos en contra de la reforma del paseo, pero sí de la eliminación de las palmeras, que nadie comparte en Can Picafort", explicó Plomer. Reprocha al equipo de gobierno PP-Convergència que "se ha hecho caso omiso a la voluntad del pueblo".

Reforma

Por su parte, el alcalde Joan Monjo defendió ayer la eliminación de los 42 palmeras en las necesidades del proyecto de reforma del paseo Colón, que afecta a unos 250 metros de avenida entre las calles José Trias y Arenal de la localidad costera.

El proyecto de embellecimiento contempla el soterrado del cableado y la sustitución de las canalizaciones de agua. También se sembrarán nuevos árboles que sustituirán a las antiguas palmeras. Todavía no se sabe qué tipo de árboles van a complementar la reforma, aunque el sector hotelero ha solicitado que sean tipuanas. Según Monjo, las plantas deberían ser de crecimiento rápido y de hoja perenne para que aporten sombra en verano.

Respecto a las críticas de CPU por la tala de las palmeras, Monjo afirmó que los representantes del partido 'picaforter' "no tienen el nivel mínimo que hay que tener para ser concejales".

El alcalde explicó que de las 42 palmeras que se han arrancado de Can Picafort se volverán a sembrar las que no estén afectadas por el picudo rojo. Además de las tres que se trasladarán a Santa Margalida, el resto se va a reubicar en el llamado sector once de Can Picafort, cerca del futuro centro educativo. "Allí vamos a hacer un pequeño oasis de palmeras porque es una zona verde sin vegetación, después de que hace quince años CPU talase todos los pinos que había para robar la arena", denunció el regidor. Monjo recordó que la extracción de arena fue de unos 36.000 metros cuadrados y afectó a una gran superficie de terreno de 8.000 metros.