Por tercer año consecutivo, Nadal Ferriol, un vecino de Maria que forma parte de la asociación Betlemistes de Mallorca, sigue ampliando con edificaciones representativas del pueblo el impresionante belén que inauguró el 2014. Las dos primeras navidades el nacimiento estaba montado en el primer piso del café de Can Tomeu, pero en esta ocasión ha sido trasladado en una sala de Ca ses Monges, en la calle Sant Miquel.

En esta oportunidad, el artista ha construido dos elementos nuevos que realzan más este importante trabajo: en primer lugar, un establo situado entre las calles Quintana y Ramon Llull, que era propiedad del capellán Jordà, y que el autor lo recuerda de cuando era niño; en segundo lugar, el emblemático edificio de Can Gaspar, situado en la plaza d'Alt o plaza de la Església, un lugar de grato recuerdo para muchos vecinos del pueblo.

En tiempos del rector Pere Fons, que lo acondicionó con la ayuda de numerosos mariandos y algunos residentes de la rectoría, fue un espacio muy agradable destinado a conferencias, reuniones, comidas de compañerismo, exposiciones y algún que otro bautizo.

Empezó en verano

En este belén, hay otra novedad: los reyes magos llegan en carro para adorar al niño Jesús. "Estos dos edificios me han dado mucho trabajo. He tenido que elaborar un elevado número de tejas, más de 6.000, de dos medidas. Desde octubre hasta ahora han sido tres meses de intensa faena, pero ya empecé a trabajar en verano", explica Nadal Ferriol, que ha contado con la estimable ayuda de sus dos hermanos Miquel y Guillem, en la parte eléctrica; su esposa, Catalina, y Gaspar Mas, en el montaje y Xesc Rosselló, de Llubí, en el tema de las telas.

La mayoría de las figuras están hechas por Margalida Nicolau, de la asociación Betlemistes de Mallorca. "Sin estas ayudas todo resultaría mucho más difícil", dice mirando su obra que acaba de ser inaugurada.

Uno de los primeros visitantes, buen amigo del autor, comentó: "Esta obra da valor a nuestra tierra a nuestra cultura y a nuestra gente".

En la localidad de Maria de la Salut se hacen muchos belenes. Los vecinos creen que es una tradición que se debería mantener y que hay que hacer lo posible para que no desaparezca.

Ferriol explicó a DIARIO de MALLORCA el año en que nació este proyecto que optó por la imagen del pueblo, porque estaba seguro de que los vecinos se sentirían atraídos por algo que conocen y ven cada día. Parece que acertó si tenemos en cuenta las visitas que recibe el sugestivo belén.

"Arte volátil"

Ferriol considera que estos trabajos son obras de arte, "además se trata de un arte volátil que una vez pasado el periodo navideño debes desmontarlo y aquello que te ha costado tanto construir desaparece y tienes que empezar a pensar en el montaje del próximo año, en el caso de este belén, por fortuna, perdura lo hecho".

"Quien no haya visto tu obra mientras la tengas montada ya no podrá disfrutar nunca más de ella, cada belén es diferente y en una o varias fotografías no se puede apreciar realmente su esencia", acaba diciendo Ferriol.