Martí Mascaró Ellis, hijo del ilustre intelectual orientalista 'margalidà' Joan Mascaró i Fornés, falleció el pasado jueves a los 65 años de edad en la residencia privada donde pasó la última etapa de su vida. Martí era el último descendiente directo de Mascaró. Ayer por la tarde fue enterrado en el cementerio de Santa Margalida junto a los restos de su padre, fallecido en 1987, y de su madre, la británica Kathleen Ellis. El matrimonio tuvo dos hijos mellizos, el propio Martí y Maria Coloma, afectada por el síndrome de Dow, también fallecida.

Martí Mascaró nació el 3 de noviembre de 1951 en Cambridge, ciudad británica en la que se padre se licenció y profundizó en el estudio de las lenguas orientales, concretamente el sánscrito y el pali, lo que le convirtió en una figura valorada internacionalmente hasta el punto de marcar el camino de la cultura oriental a los mismísimos Beatles. Fue declarado Hijo Ilustre de Santa Margalida en el año 1985.

Su hijo Martí no siguió el mismo camino, a pesar de que había heredado buena parte de la inteligencia de su padre Joan, y llevó una vida errática marcada por el consumo de drogas.

El médico psiquiatra Miquel Munar, gran amigo de Joan Mascaró, trató a Martí durante su estancia en el hospital psiquiátrico de Palma después de haberlo rescatado de las redes de la marginación en los años 80. "Martí era una persona muy brillante en su juventud, pero tuvo la mala suerte de coinicidir con una época marcada por las drogas, principalmente los ácidos", explicó ayer Munar. Como consecuencia de estas adicciones, Martí Mascaró padeció hasta sus últimos días una "psicosis tóxica gravísima", lo que aceleró su proceso de "degradación" personal.

Actualmente residía en una residencia después de que la fundación Aldaba asumiese su tutoría, con Jordi Riera, también muy amigo de Joan Mascaró, como albacea. Gracias a esta tutoría, el hijo del intelectual 'margalidà' ha vivido sus últimos años "bien atendido".

El cementerio de Santa Margalida acogió ayer un pequeño acto de homenaje que contó con la presencia de las autoridades municipales y de las personas que más conocieron al fallecido como el propio Miquel Munar y Jordi Riera.