El 'perforador' de las encinas provoca consecuencias irreversibles en los árboles que ataca, comiéndose la madera especialmente de aquellos que ya son viejos y débiles. "La consecuencia es que estos árboles mueren y dejan lugar a las encinas jóvenes, pero se debe de tener en cuenta que, debido a su proliferación, el insecto puede atacar incluso a los árboles jóvenes y sanos", alerta el Govern.

El insecto está protegido por la Directiva de Hábitats europea debido a que en el resto de Europa su presencia es más extraña por los aprovechamientos que se hacen de los árboles y porque las bajas temperaturas del norte de Europa no le resultan favorables. En Mallorca, además, la sequía ha favorecido mucho su proliferación.