Más de 200 palillos para limpiar las orejas, 640 tapones de plástico o 300 trozos de cuerdas y redes en solo dos horas, dan buena cuenta de la suciedad que se llega a acumular en los arenales más emblemáticos de Mallorca. Una quincena de voluntarios de Amics de la Terra participaron este fin de semana en una limpieza en la playa de Es Carbó (Colònia de Sant Jordi) y se sumaron así a los de Greenpeace, organizadores de la actividad.

En 120 minutos se recogieron también 20 envases alimentarios, 70 botellas de plástico de agua y refrescos, 75 bolsas o fragmentos de plástico, 30 vasos, 40 pajitas, 30 latas de bebida, 20 mecheros, dos bolsas de 50 litros con trozos de porexpan y plástico, una bolsa de 25 litros de papel, toallitas y tampones.

Asimismo se encontraron cosas curiosas como una llanta de coche, una inyección para administrar insulina, un zapato de plataforma, calcetines, un bañador, así como preservativos sin usar, o millones de trozos de microplástico de distintas formas y colores que llevaban viajando por el mar y las playas.

Muchos de los residuos recogidos habrían llegado por mar y podían ser identificados con marcas procedentes de Marruecos o Italia, aunque una gran parte habían sido abandonados por los bañistas. A la playa de Es Carbó sólo se puede acceder a pie, "por lo que los bañistas suelen apreciar más la naturaleza, y además la playa dispone de contenedores para los residuos que recoge el Ayuntamiento un día sí un día no. Aún así la presencia de residuos se hace notar", explican responsables de Amics de la Terra.

"Vivimos rodeados de plástico que se va desmenuzando y acumulando y acaba pasando a la cadena trófica". El colectivo ecologista pide a los políticos que tomen medidas urgentes para frenar la cantidad de residuos que llegan a la mar o que no se reciclan de forma adecuada. "En Mallorca sólo el 16,4% a través de la recogida selectiva y el resto se incinera derrochando recursos naturales. Hay que pasar a la acción y optar por nuevas formas de gestionarlos".