Tras una larga noche de verbena que se alargó hasta altas horas de la madrugada, comenzó el día central de la festividad de la Mare de Déu d'Atotxa con un acto muy tradicional. Balladors, obrers y xeremiers acompañados por la colla de dimonis recorrieron muy de mañana las calles de Ariany con el fin de recoger la albahaca, que los vecinos del municipio han cultivado durante el año para obsequiarla como ofrenda a su patrona y para que los oficiantes del acto religioso la distribuyeran entre sus asistentes. Los balladors i xeremiers agradecieron esta aportación ofreciendo diversos bailes del repertorio popular mallorquín.

Uno de los momentos más emotivos de la celebración religiosa, que contó con gran afluencia de público y fue oficiada por el religioso franciscano Pere Ribot, fue el ball de l'Oferta, a cargo de la agrupación local s'Esbart d'Auberg. Un año más los arianyers honraron a su patrona al son de les xeremies y con el aroma inconfundible de la albahaca.