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En Comellà Fondo y es Verger

Una invasión de cabras salvajes genera alarma entre vecinos de Son Servera

El gran aumento de ejemplares en los últimos años hace que cada día entren en propiedades y arrasen con la siembra, el césped o beban de las piscinas

Lo que hace apenas seis años era un pequeño rebaño de cuatro o cinco cabras salvajes que campaban a sus anchas por la montaña de Son Corb, en el municipio de Son Servera, se ha convertido ahora, con el paso del tiempo, en una auténtica invasión de unos sesenta ejemplares caprinos (según cuentan algunos de los vecinos que han intentado contabilizar el total de ejemplares) que está creando alarma entre los dueños de campos y chalés cercanos.

En estos momentos la magnitud del rebaño está ocasionando serios problemas a los vecinos de la zona del Comellà Fondo y es Verger, situadas en la falda de la montaña. Y es que, como si de una rutina aprendida se tratara, diariamente con la salida del sol el grupo de cabras baja hasta estas tierras para pastar y beber, arrasando en muchos casos, no solo con la hierba, sino también con las siembras de hortalizas o jóvenes árboles frutales. Su olor ya es perceptible desde lejos, tanto como su intenciones.

Este hecho ha provocado que algunos vecinos se hayan vistos obligados, por ejemplo, a vallar con rejas sus propiedades. Miguel Nebot es uno de los últimos vecinos afectados. Desde hace unos meses tiene que acudir diariamente y de buena mañana a sus tierras para ahuyentar al rebaño impertinente. Para conservar el huerto que tiene se ha visto obligado a cercarlo con una valla que de momento le ha servido para que actúa como freno, aunque él sigue acudiendo por si acaso a controlar la situación.

Bebiendo en las piscinas

Otros afectados por la invasión de cabras salvajes son los turistas residentes en la zona, ya que el rebaño aprovecha el paso por sus chalés para pastar en el césped o beber tranquilamente el agua de sus piscinas. Cuentan los vecinos que en una ocasión, un residente alemán que pasa temporadas en su casa natal, al regresar de su país se encontró por sorpresa con un ejemplar muerto en su piscina.

Los hechos ya han sido denunciados por los vecinos a la Policía Local de Son Servera, quien a su vez los ha puesto en conocimiento de la conselleria de Medio Ambiente. Según cuentan algunos de los afectados, ahora están a la espera de que la Conselleria actúe.

Mientras tanto, y como si fueran vigías esperando un ataque enemigo, varios vecinos de la zona siguen atentos a la bajada diaria del rebaño para controlar que no entren en sus tierras. Los animales curiosamente han elegido esta vertiente de la montaña, que les permite acceder a las puertas de los núcleos turísticos de Cala Bona y Cala Millor. Los vecinos se preguntan, por qué no acuden a la otra cara, donde hay tierras más fértiles, agua y muchos huertos, mientras bromean preguntándose si será que prefieren la panorámica de la vertiente con vistas a la bahía. En lo que no bromean es en la necesidad de que la Conselleria actúe de forma rápida y eficaz, dado que lo que en principio era un problema menor va creciendo con el tiempo al ritmo que lo hace el rebaño asalvajado.

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