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Sequía

¿Volverán las anguilas al Pla?

Hasta mediados del siglo pasado la zona del valle de Pina era tierra húmeda, entre arrozales, molinos de agua y animales más típicos de albufera que del centro de la isla

Primer pozo que resultó contaminado de la zona. b. gomila

Josep Maria Munar, pinero afincado en Montuïri, es un perfecto conocedor de la zona, de su historia y ecosistema. Explica que todas las aguas depuradas de Pina, Algaida y Montuïri bajan torrente abajo hacia el valle del mismo nombre y que, cuando llueve lo suficiente, llegan a s'Albufera después de haberse incorporado al cauce del torrente de Almadrà.

Este fenómeno produjo que durante muchos años fuera una zona húmeda que producía numerosos mosquitos que causaban enfermedades tales como la fiebre tifoides. Cuando los señores Ribes de Pina tuvieron una hija que enfermó, prometieron construir un templo si ésta se curaba. La dedicaron a los Sants Metges, sant Cosme y sant Damià. Es la actual iglesia de Pina (pedanía del municipio de Algaida).

En esta zona había una fuente en es Pollar del Puig Moltó que surtía de agua al torrente durante verano e invierno. Sirvió durante mucho tiempo para regar los antiguos arrozales que dejaron de existir alrededor de la mitad del siglo XX.

A partir de la década de 1960 se secó la fuente a causa de las perforaciones. También en este mismo período fue cuando se intentó construir un embalse en el valle de Pina (en la zona sureste). Por lo que pusieron unos instrumentos de medida para conocer el caudal de agua del torrente. No obstante, desistieron de su construcción por dos motivos: uno por ser unos años de sequía en que apenas había llovido y otra, porque se hicieron unas perforaciones para determinar si la roca era permeable o impermeable. Desistieron al comprobar su permeabilidad.

A partir de estas obras (continúa narrando Munar Vich) y de la sequedad, las anguilas que provenían de la Albufera dejaron de acudir al valle. Una anguilas que en los meses de verano los quintos de Montuïri y de Pina pescaban con cribas para después degustarlas en una gran comida. Incluso, en aquella época, había anguilas en las acequias de Montuïri. Se empleaban para ponerlas en las cisternas para comerse las larvas o calapotins.

En el torrente

Estas anguilas solían vivir entre diez a quince años en las dulces aguas del torrente. Cuando llegaban a esta edad adulta, en el transcurso de una noche de luna llena, marchaban hacia su desembocadura y desde allí recorrían 3.000 kilómetros de océano hasta llegar al Mar de los Sargazos donde desovaban. Posteriormente, las nuevas anguilas venían a Pina.

Zona de molinos de agua

Josep Maria Munar recuerda que en el mismo valle (torrente abajo, hacia el norte) había dos molinos de agua, uno totalmente reconstruido, el Molí de Son Campar, y otro denominado Es Moli de s'Aigua, actualmente abandonado. Ambos eran harineros.

Durante la primera mitad del siglo XX se construyeron más de cien norias y pozos que están catalogados. Este valle, al lado del torrente, cuenta todavía con norias y pozos de poca profundidad (de entre 5 a 10 metros) de corrientes subterráneas. "Poco a poco van contaminándose.

Son de una gran importancia para los vecinos de Pina ya que pueden cultivar los productos de la huerta y abrevar el ganado. Si las aguas están contaminadas, ¿qué pasará en un futuro?", apunta Munar. "Ahora no hay ni arroz, ni anguilas, lo que existe es fango de la depuradora. Volverán las anguilas a la comarca?", pregunta de nuevo.

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