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Entrevista

Miquel Àngel Tortell Frontera: "Capellans se ha conservado porque no ha tenido uso turístico sino recreativo"

"El hecho que no haya sido una zona de uso turístico, sino recreativa ha permitido tener la garantía de que se conserve tal y como es en la actualidad"

Miquel Àngel Tortell responde a las preguntas sentado en la terraza de un bar. Nena Carbonell

Capellans, hereus del Braç del Comú i ses Puntes es el título del último libro que ha escrito Miquel Àngel Tortell. Se trata de un trabajo que relata la historia del peculiar núcleo costero de sa Caseta dels Capellans de Muro con motivo del homenaje a los descendientes sus primeros pobladores. Nos recibe en la terraza de una cafetería del municipio donde con su habitual espontaneidad relata el trabajo que ha llevado a cabo.

-¿Cómo surgió la idea de hacer el libro?

-La comisión de vecinos de sa Caseta dels Capellans quería homenajear la memoria de los primeros pobladores del núcleo en el marco de las fiestas de Sant Llorenç de este año, y lo que tenía que ser una pequeña compilación de testimonios orales y fotografías antiguas se convirtió en un libro de algo más de 50 páginas gracias a toda la información hallada en tan solo un mes.

-¿Y qué cuenta en el libro?

-El libro consta de tres partes: una histórica, basada en artículos escritos de Guillem Barceló y Mosén Francesc Mulet, durante la primera etapa de la revista Algebelí, donde encontramos parte de lo que puede ser el origen y la evolución de la zona comunal. Otra, basada en los testimonios orales de los hijos y nietos de los primeros moradores, donde encontramos historias y anécdotas de las primeras casetas, los primeros pobladores, los primeros turistas, los primeros bares? Y por último, uno dedicado al polémico tema del proceso de urbanización de los años 60.

-¿Sa Caseta dels Capellans ha sido desde siempre una tierra de conflictos?

-No creo que sea una tierra de conflictos pero al formar parte de las tierras comunales hace que haya tenido una evolución insólita. Sa Caseta dels Capellans se encuentra en el corazón del Braç del Comú y las Puntes, que desde 1272 hasta 1929, pertenecía a lo que actualmente conocemos como los municipios de Maria, Llubí, Santa Margarita y Muro. El Braç del Comú por su parte estaba ubicado en lo que era la posesión más grande de Muro, Son Sant Martí, desde la posesión de Santa Eulàlia hasta el mar, y se extendía hasta lo que hoy en día se conoce como el lago de Alcúdia. Durante siglos los margalidans y murers disfrutaron del usufructo para poder cortar leña, pescar o cazar. En 1888, los margalidans quedaron excluidos definitivamente debido a la influencia de un diputado de Muro, Massanet, que defendía los intereses del señor. En 1929 adquiere las tierras el Ayuntamiento en nombre de sus vecinos para su aprovechamiento, convirtiéndose en una zona recreativa de uso vecinal.

-¿En este momento fue cuando los vecinos empezaron a instalarse en la zona?

-Sí, aunque lo curioso es que en una sociedad agrícola los payeses -pobres- no tenían ni ganas ni tiempo, y tampoco le encontraban el atractivo, y los más apoderados se instalaban en Can Picafort, en el hotel Alomar. Fueron los vecinos con profesiones y negocios relacionados con la llegada del turismo a Can Picafort los que le sacaron mayor rendimiento a la zona, hasta llegar a permitir el levantamiento de casetas. Aun así seguía siendo una zona poco habitada con un crecimiento lento y progresivo hasta los años 70 en que se puso punto final a la construcción de nuevas casas.

-¿En manos del ayuntamiento es cuando se empieza a urbanizar la zona?

-El hecho que sea propiedad común de los vecinos del pueblo, bajo el dominio de los señores de Son Sant Martí, es uno de los principales motivos por los que ha sido complicada su urbanización. Al ser una zona comunal de aprovechamiento vecinal, y al aparecer la Ley de Montes es cuando se frenan los intentos urbanizadores tanto de explotadores turísticos como del propio Ayuntamiento, que desean arrasar Capellans para convertirlo en una extensión de Can Picafort. Prueba de ello la tenemos con la construcción del cámping junto a Capellans. Los esfuerzos de seguir con los intentos de alzar una nueva urbanización turística cesan con la construcción de Las Gaviotas en la Playa de Muro.

-¿Ha sido positivo que no se permitiera urbanizar la zona?

-El hecho que no haya sido una zona de uso turístico, sino recreativa ha permitido tener la garantía de que se conserve tal y como es en la actualidad. Poner freno a la urbanización de la costa murera durante los años 60 nos permite poder disfrutar de una zona virgen y de un pulmón que incluso aprovechan los hoteleros como un atractivo turístico.

-¿Algo que añadir?

-Son pocos los vecinos que quedan con la misma caseta, ya que se han vendido o adquirido el permiso de concesión, y aunque esté prohibido alquilarlas, proliferan los casos de alquiler incluso por semanas, hecho que no se debería consentir por el bien de Capellans.

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