El alcalde de Vilafranca, Montserrat Rosselló (Partit pel Poble), ha confirmado que ni piensa dimitir ni se arrepiente de haber arremetido contra la condición sexual del regidor de Més, Sere Salord, en el transcurso del pleno municipal del pasado viernes, cuando, a raíz de una discusión por un tema de la sesión anterior, Rosselló tildó al concejal de "poc homo", lo que Salord entendió como un claro ataque a su homosexualidad.
"En cuanto le vea le pediré que pida disculpas públicamente y que acto seguido dimita, porque ni es mi alcalde ni es digno para el municipio", dijo ayer Salord, quien se ha tenido que ausentar unos días del pueblo porque reconoce que "el tema me supera". "Fue muy desagradable, y pese a que le dije que el comentario me había hecho mucho daño, él insistió. Por eso pido que ahora se comporte como un persona y reconozca su error".
Preguntado por este periódico sobre si era consciente de sus palabras, Rosselló explica que "no fui a pensar en si delante estaba un homosexual, un hombre o una mujer, simplemente me salió esa expresión como le hubiera podido decir 'tu no vals res', por ejemplo, y no hubiera pasado nada; por eso no me arrepiento". "Los de Més están muy acostumbrados a que nadie les diga nunca nada y por eso ahora quieren montar una polémica donde no la hay, cuando saben que no tienen razón", reitera el alcalde, ex del Partido Popular.
El inicio de la bronca dialéctica tuvo su origen en el pleno anterior, cuando Sere Salord reclamó respeto "tanto por parte del gobierno como de la oposición, hacia la diversidad ideológica del pueblo", tras un supuesto encontronazo entre Rosselló y un joven que se había presentado en las listas de Més para las últimas elecciones municipales. Este viernes el alcalde preguntó a Salord si había contrastado su información, contactando con testigos "para conocer la realidad de lo que sucedió", lo que inició el inesperado rifirrafe entre ambos, captado en imágenes.
"No me reconozco"
"No me reconozco en el vídeo [grabado por un redactor de Diario de Mallorca], porque no suelo saltar de esta forma ni enfadarme tanto, pero Montserrat despertó viejos fantasmas y no pude contenerme", recuerda el concejal de Més, que añade que "todo esto a causado mucho dolor también para mi familia, que está preocupada de que me puedan insultar por la calle por todo lo sucedido. Tengo 47 años y hace tiempo que dejé de esconderme y tener miedo por mi homosexualidad, pero lo del viernes me superó y el disgusto inicial se ha transformado en rabia. Quiero pensar que él también lo está pasando mal y que se ha encontrado de cara con su propio ego".
Este fin de semana Més per Mallorca emitió un comunicado de repulsa por las palabras de Rosselló en el pleno y pidió que dimitiera por el ataque homófobo contra uno de sus regidores. El portavoz de Més per Vilafranca, Jaume Català, dice que esperarán a que Sere regrese de sus días libres para consensuar una respuesta local, que también pasará por la rectificación y el abandono del alcalde de su cargo.
"Si quieren que dimita deberán esperar tres años [hasta las próximas elecciones]; que hablen menos y que empiecen a trabajar. Insisto en que no he menospreciado a nadie y si ellos mienten [en referencia al incidente en un bar con el afiliado de Més] es su problema". Rosselló cree que "ahora sacan este tema para confundir. Tengo otras preocupaciones más importantes y ellos también: deberían pensar porque perdieron la mitad de votos las pasadas elecciones".
"No le deseo ningún mal, pero ya no me representa. Si no le llevo a Magistratura es porque no soy como él, tengo corazón y tiene familia que sufriría", concluye Salord.
