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Es Passeig

De Newcastle a Magaluf, una odisea exprés, etílica y mediática

Panashe (derecha), en el avión de ida a Mallorca.

Dexter Panashe es un joven británico de 20 años. Estudia Empresariales en la universidad de Northumbria. Hace poco, viajó a Magaluf de fiesta, como hacen miles de sus compatriotas cada verano. Pero, en su caso, este viaje le ha valido decenas de reportajes de prensa en su país de origen. ¿El motivo? Más que un viaje fue una odisea exprés que podría figurar en los anales de los disparates etílicos. La historia de Panashe es la siguiente. Tras una noche atareada en un pub de Newcastle, convenció a dos amigos para irse de viaje. ¿Adónde? Eso daba lo mismo. Su única guía era la adrenalina del momento. "Busqué en Google vuelos que saliesen de Newcastle. Había para Ámsterdam y para Palma. Yo pensé que Palma estaba en Italia", contó Panashe a los medios británicos. Un lunes por la mañana llegaron a Son Sant Joan. Y, allí, Google les sacó de su error: Palma pertenece a un país llamado España. "La gente pensó que estábamos locos. Una chica nos dijo: 'Tenéis que ir a Magaluf, sólo está a 20 minutos en taxi", explicó el joven. Allí que se fueron. Se instalaron en un hotel de la zona. Pidieron unas copas. Y se relajaron en la piscina. Sin embargo, estuvieron poco tiempo. En una súbita revelación, Panashe cayó en la cuenta de que tenía que presentar un trabajo universitario el día siguiente. "Les dije a mis amigos que tenía que volver. Ellos saben lo importante que es la universidad para mí. Les dije: 'Pasadlo bien. Estoy muy feliz de haber hecho esto", relató. Tras apenas unas horas en Magaluf, tomó un avión de regreso. Como no había vuelos a Newcastle, voló a Manchester. De allí, cogió un taxi a su ciudad de origen, que le costó unos 300 euros. Eso, unido a los billetes de avión y la estancia hotelera exprés, hace un total de casi 900 euros de gastos en el espontáneo viaje. Él contó que los sufragó con sus ahorros de trabajar en verano y con la beca que recibe. "Cuando te viene una idea a la cabeza, una idea positiva, uno debería llevarla a cabo. Fue la adrenalina. Tú sólo aceptas el riesgo y piensas 'Yo necesito hacer esto'. Así es como fue", comentó el joven universitario a los medios británicos. Con estas palabras, Panashe demostró que, seguramente, no sea el mejor organizador de viajes del mundo, pero que tiene madera para ser un gurú del 'Carpe Diem'.

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