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Patrimonio

Maria recupera su pasado etnológico

Los viejos lavaderos municipales han recuperado su esplendor y con ello se ha releído su historia durante las fiestas

El historiador Bartomeu Pastor relatando la historia de los lavaderos. Biel Bergas

En el marco de las fiestas patronales de Maria de la Salut ha tenido lugar la inauguración de la rehabilitación de los antiguos lavaderos municipales. La celebración se acompañó de una disertación sobre la historia de los mismos a cargo del historiador Bartomeu Pastor.

Según relata Pastor, los lavaderos originariamente estaban ubicados junto al Pou d'Abaix (ahora denominada plaza des Pou, frente al actual ayuntamiento) cubiertos por un soportal construido por el maestro de obras Pere Joan Carbonell en 1842.

Pasados quince años, en 1857 se derrumbó la cubierta y las pilas de lavar fueron trasladadas al lado del pozo de Sa Font.

En 1870 está documentada la construcción de unos lavaderos públicos junto al mencionado pozo: "Un expediente para la construcción de un cobertizo en el pozo público de las afueras de la población denominado la Font para el servicio de lavadero público; en aquel momento Bartomeu Monjo Bergas era el alcalde y el maestro Jordi Roig Inglada fue el encargado de las obras que finalizaron el 17 de enero de 1871", narró el investigador.

La construcción

Se trataba, según Pastor, de una construcción de unos 45 metros cuadrados adosada al pozo existente, con dos arcadas en posición contraria al camino y otra sobre el pozo. La cubierta, de una sola pendiente, fue construida de tablas, marés y tejas. En el interior, al lado del pozo, una pila paralela a la pared posterior redistribuía el agua a través de una canaleja a las cuatro pilas rectangulares que se usaban para lavar.

Las aguas sucias iban a parar a una acequia de desagüe. El coste final fue de 206 escudos con 297 milésimas (un escudo de plata equivalía a 2'50 pesetas; es decir, 0,15 euros).

Estas pilas de lavar dejaron de utilizarse en la década de los años 30 del siglo XX.

Posteriormente se cambió la cubierta y la fachada del edificio. Se elevó el pavimento para dejarlo al nivel de la carretera y se destinó a matadero municipal.

En la década de los 70 se convirtió en los vestuarios del equipo de futbol local y posteriormente en el punto verde municipal. Todos los trabajos de restauración han corrido a cargo de Abaqua.

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