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Un pescado redescubierto que se presta a múltiples recetas además de la tradicional

Mateu Cabot, pescadero de Inca vendiendo ayer llampuga.

La llampuga, nombre que recibe en mallorquín el dorado (Coryphaena hippurus) es un pescado muy conocido y consumido tradicionalmente, aunque desde hace unos años ha experimentado una mayor demanda merced, probablemente, a la fuerte promoción que le ha conferido contar con una feria específica en Cala Rajada, además de las múltiples campañas llevadas a cabo por la Federación de Cofradías de pescadores y la lonja. Tradicionalmente se consume frita con pimientos y ajos o en escabeche. Sin embargo, al ser un pescado azul de una textura carnosa y consistente permite otras muchas recetas que poco a poco se han ido introduciendo. Ese es otro de los motivos por los que ha aumentado su consumo. Hacer llampuga con cebolla, al horno, con salsa de tomate, a la espalda o a la sal se ha convertido en algo habitual. Aunque quizá lo más curioso sea como algunas comunidades recién venidas han adaptado este pescado tan mediterráneo a recetas que nos suenan tan exóticas como el cebiche peruano. Así, cuenta Abel Céspedes, residente de esa nacionalidad, que para hacerlo usa pedacitos de llampuga que prepara marinados con limón o lima, sal, ají picante (puede usarse guindilla) y cilantro, acompañados por cebolla blanca cortada muy fina, con una mandolina. Todo ello se acompaña además de choclo tostado (maiz grande blanco) y con yuca frita. P. C.

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