El Ayuntamiento de Pollença ha cerrado la playa de Llenaire debido a varios casos de envenenamiento de perros con resultado de muerte. Los envenenamientos comenzaron en la zona habilitada para mascotas, pero ahora se extienden por toda la playa del Puerto.

Desde la apertura del área de la playa habilitada para mascotas en el Puerto de Pollença se han producido diversos casos de envenenamiento de animales. Tras la muerte del primer animal, en junio del verano pasado, se clausuró el área. Así, a sabiendas de que Llenaire, en el área habilitada, era peligrosa, los dueños de mascotas comenzaron a pasear a sus perros por el resto de la playa. Sin embargo, desde el mes de noviembre son ya siete los canes que han muerto a causa de la ingesta de veneno esparcido, ya no solo en el área de recreo canino, sino por toda la playa del puerto. Los últimos fueron tres casos el pasado domingo, 18 de enero.

Veterinarios

Desde la Clínica Moixica, en la que se han tratado muchos de los canes afectados, se apunta que el veneno causante de la tragedia parece ser un matacaracoles, debido al cuadro sintomatológico que presentan los animales. Dicho veneno actúa entre dos y seis horas después de la ingesta, dependiendo del tamaño y el peso del animal. Los primeros síntomas visibles son los vómitos, la falta de coordinación y los temblores, antes de llegar a la fase final, en la que se presentan las convulsiones. Si se llega a esta fase final es difícil sacar adelante al animal, si no se cuenta con un tratamiento específico.

A pesar de todo, responsables de la clínica explican que se le han entregado diversas muestras de los animales enfermos al Seprona, que se encargará de realizar un estudio toxicológico para determinar con exactitud de qué sustancia se trata. De igual modo, desmienten los rumores de que pueda tratarse de un raticida, pues éstos actúan en tres días y causan únicamente hemorragias internas, nada que ver con los síntomas que presentan los casos conocidos. Y es que el veneno ha llegado a causar incluso, en uno de los casos, daños cerebrales severos al animal, que a pesar de encontrarse estable y haber superado la fase crítica, tuvo que ser finalmente sacrificado.

La alarma e indignación entre los visitantes asiduos de la playa se extiende por las redes sociales, denunciando la falta de seguimiento por parte de la policía y el Ayuntamiento y solicitando que se coloquen carteles, no solo en la zona habilitada, sino por toda la playa, avisando del peligro.

Por el momento, es bien conocido que la zona cero es Llenaire, pero los últimos casos tuvieron lugar frente al club Pollentia, este mismo domingo, o en el área situada frente al hotel Ullal.

Afectada

Magdalena, dueña de uno de los animales envenenados ve difícil una solución, pues argumenta que "es muy difícil encontrar al culpable, los vecinos intentamos estar pendientes, pero pueden depositar la sustancia de madrugada. El responsable puede ser cualquiera". Su perra consiguió salvarse después de estar enferma durante quince días, tres de ellos sin poder apenas moverse. Y es que, según explica su dueña, la cantidad de veneno ingerida debió ser mínima, pues solamente la perdió de vista unos segundos.

El Refugio de animales de Pollença también denuncia la terrible situación, incidiendo en el peligro que esto implica, ya no solo para los animales, sino también para los niños, que a menudo juegan en la playa. "Esperamos no tener que lamentar ninguna muerte".