Uno de los argumentos utilizados por el grupo municipal del PP durante el debate de ayer sobre la importación de residuos fue una acusación directa al PSOE de haber autorizado en 2010, cuando esta formación presidía el Consell de Mallorca, la llegada de este tipo residuos a la isla a través del puerto de Alcúdia para su posterior incineración en la fábrica de cemento de Lloseta. "Este combustible se usa desde entonces en la cementera, que no está tan preparada para su combustión como lo está la planta de Son Reus", apuntó el portavoz Joan González. El socialista Pere Malondra lo negó con la cabeza.

Posteriormente, la consellera insular de Medio Ambiente del Consell, la popular Catalina Soler, confirmó este hecho. Según explicó, la incineración del mismo "combustible" que el Consell quiere importar ahora no es una novedad en Mallorca.

Soler apuntó que en la pasada legislatura, los socialistas del Consell permitieron la entrada de estos residuos compactados a través del puerto comercial de Alcúdia "y entonces nadie dijo nada". La consellera calculó que, desde que se permitió la entrada de residuos hasta la actualidad, la fábrica de cemento de Lloseta "ha importado unas 800 toneladas de combustible". Cabe recordar que la intención del Consell es la de incinerar entre 100.000 y 200.000 toneladas de residuos durante los meses de temporada baja.

Soler explicó que este tipo de combustible es muy utilizado en las cementeras por su "elevado poder calorífico" y porque "de esta forma pagan menos impuestos por la emisión de CO2 a la atmósfera, ya que un 50% está compuesto por biomasa".