Unas cincuenta personas respondieron ayer por la tarde a la llamada de la nueva asociación Soca i Arrel de Pollença para participar en un baño reivindicativo a favor del acceso civil a la base militar de hidroaviones del Port de Pollença.

Los manifestantes se concentraron al final del paseo del Moll, junto a la barrera que marca el límite de la base militar, donde un cartel prohíbe el paso a los civiles. Eran las cinco de la tarde y poco a poco iban llegando ciudadanos anónimos y representantes políticos de diferentes partidos progresistas como el PSM, Iniciativa-Verds, Esquerra Republicana o Alternativa per Pollença, que habían manifestado su adhesión a la protesta. En el interior de las instalaciones militares, junto a la barrera, varios policías nacionales vigilaban las evoluciones de la protesta, que en todo momento mantuvo un tono lúdico y pacífico. Medio escondido tras los muros de la base militar, un hombre se dedicó a grabar a los presentes con una cámara.

Un portavoz del colectivo Soca i Arrel explicó que la de ayer es la primera acción reivindicativa de la asociación, de ideología independentista. "El objetivo de la protesta es reinvidicar que la Base vuelva a ser de todos; estamos de acuerdo en que se mantenga una base de hidroaviones porque son necesarios en caso de incendio forestal, pero no es de recibo que venga gente de fuera a pasar unas vacaciones subvencionadas en las instalaciones militares y los mallorquines no puedan acceder; es una barbaridad", explicó el joven portavoz.

Manifiesto y cacerolada

Antes del chapuzón, se leyó un manifiesto en el que se reclamó al gobierno español que se inicie el proceso de desafectación de la base militar del Port de Pollença y garantice el libre acceso a todos los civiles. También exigieron que las instalaciones dejen de ser el complejo vacacional del personal del ministerio de Defensa.

Los presentes llevaban pitos y cacerolas, que hicieron sonar con fuerza antes de zambullirse en el agua con dos pancartas que rezaban ´Prou de privilegis militars´ y ´La costa és de tots´. Los bañistas no traspasaron en ningún momento las boyas que delimitan la zona militar, aunque sí expresaron su descontento con gritos de ´fuera las fuerzas de ocupación´. Al otro lado de las barreras, un grupo de bañistas, familiares de militares, observaban el acto de protesta con indiferencia.

El secretario general del PSM, Biel Barceló, presente en la protesta, explicó que "históricamente" la formación nacionalista ha apoyado la reivindicación y lamentó que, a pesar de las diferentes iniciativas parlamentarias que reclamaban el uso compartido de la base militar y que han sido aprobadas en diferentes foros políticos como el Parlament o el Congreso de los Diputados, "todo sigue igual y se mantiene un tramo de nuestra costa al que sólo pueden acceder unos cuantos privilegiados". El diputado de esta formación Antoni Alorda añadió que el paseo "debería tener continuidad por su interés turístico y porque conduce a la Fortaleza, cuyas visitas deben garantizarse por su condición de BIC".

También asistieron al baño reivindicativo Joan Lladó, presidente de Esquerra Republicana; David Abril, coordinador de Iniciativa-Verds; y varios regidores del ayuntamiento ´pollencí´ como Tomeu Cifre (PSM), Pepe García (Alternativa) o Miquel Àngel Sureda (Esquerra), entre otros.