La entrada en funcionamiento de los trenes eléctricos ha obligado a los usuarios de las líneas no electrificadas, Manacor y sa Pobla, a tener que acostumbrarse a cambiar de tren en la estación de enlace situada entre Inca y Sineu, un transbordo que los viajeros realizan con resignación, cuando los trenes son puntuales, y con ciertas molestias cuando toca esperar en la terminal. "El transbordo es un fastidio, pero no queda más remedio; deberían haber electrificado toda la línea existente antes de iniciar las obras del tren hacia Artà", comentaba un usuario habitual el pasado jueves.

La estación de enlace no está preparada para soportar estancias relativamente largas. Sólo cuenta con una pequeña marquesina para protegerse de la lluvia y el viento en invierno y del sol en verano. Fuentes de la Associació d´Amics del Ferrocarril afirman que las principales quejas que han recibido de los usuarios están relacionados con la falta de una infraestrucutra adecuada en la estación de Enllaç que ayude a soportar mejor la espera cuando se producen retrasos.

Los trabajadores del tren, por su parte, aseguran que las largas esperas no son habituales, pero que en ocasiones el tren eléctrico debe aguardar algunos minutos la llegada del convoy diésel procedente de Manacor, ya que la distancia con la ciudad del Llevant es mayor.

En este sentido, el gerente de SFM, José Ramón Orta, afirmó ayer que, en un principio, llegó a plantearse la posibilidad de realizar el transbordo en Inca, pero se descartó por motivos operativos porque los usuarios deberían recorrer más metros para cambiar de tren. A su entender, el transbordo actual en el enlace será aceptado cuando la gente "se haya acostumbrado". Orta admite la falta de protección en el Enllaç, pero añade que "en caso de llover, los viajeros pueden esperar en el interior del tren la llegada del otro convoy, sin necesidad de salir al andén". En cualquier caso, SFM tiene intención de construir una gran marquesina cuando haya fondos para financiarla.