Hay quien con ironía dice que, de lejos, parece la lanza de Sant Jordi apuntando hacia el cielo, aunque otros, más pragmáticos, afirman que es más como un pararrayos. Ni una cosa ni la otra, se trata de una antena de telefonía móvil. "Es una antena sencilla, que hace poco efecto", explica el párroco Josep Noguera, que atribuye la decisión de instalarla a los gastos que tiene que afrontar el Obispado después de las múltiples obras de restauración realizadas en el templo. De una ventana del campanario salen también varios tubos de acero con los cables que recorren la fachada lateral del templo, por la pared del bucólico cementerio. La situación de la antena, en el lado del pequeño campanario que da al tejado de la iglesia, hace difícil verla, aunque algunos vecinos ya han manifestado su malestar, más aún si se tiene en cuenta que Orient fue declarado hace unos meses Bien de Interés Cultural (BIC). Afirman también que, además de esta antena de telefonía, en el núcleo hay descontrol en la instalación de otros elementos, como las antenas parabólicas, o en la construcción de nuevos edificios que rompen la estética tradicional del ´llogaret´. Josep Noguera justifica la instalación de la antena afirmando que "si hubiese sido peligroso, aunque solo fuera un poco, no lo hubiese aceptado" y remarca el hecho de que "no molesta, casi ni se ve".