El sector de la almendra ha pasado realmente un mal año en Mallorca, según reconocen diferentes agentes implicados. Para empezar, la cosecha ha sido muy escasa. Según la Cooperativa del Camp Mallorquí, que agrupa a 14 cooperativas y por tanto a centenares de pequeños productores, destaca que "las cifras provisionales son de unas 400 toneladas frente a las casi 2.000 que se recolectaron el año pasado".

La campaña de la almendra finaliza oficialmente el 31 de diciembre. No obstante, payeses como Josep Cantarell, que cultiva almendros en la comarca de Inca, indican que hace ya meses que acabó realmente "porque no hay almendra".

Las razones de la poca cosecha, según el payés, han sido que "durante la floración de los almendros hubo muchos días de lluvia, mucha humedad y jornadas con fuerte viento. La polinización no fue buena". Joan Magro, gerente de la cooperativa del Camp Mallorquí, coincide plenamente con la opinión del productor y agrega que "además hubo tormentas de granizo en bastantes puntos de Mallorca".

La demanda

A la precaria situación hay que agregarle otra circunstancia preocupante pues, en la actualidad, no hay demanda. Bartomeu Martorell, presidente de la cooperativa payesa de Inca y cultivador de almendros, explica que "parece una paradoja, pero aún resulta positivo que haya tan poca demanda puesto que de ser al revés no podríamos servir". No obstante, no es tan positivo por cuanto crea una gran incertidumbre entre los agricultores. Éstos no saben a que precio cobrarán sus almendras.

Martorell confirma que "este año se ha entregado la cosecha a las cooperativas sin precio. Al no haber demanda en la actualidad no podemos garantizar un precio fijo". Joan Magro agrega que "recoger las almendras sin precio es una medida que intenta favorecer al pequeño productor. Lo que vamos a hacer es intentar aguantar hasta la primavera y ver si conseguimos mejores precios". Martorell pormenoriza que "lo que se está intentando es que los mayoristas no aprovechen la mala situación para hacer acopio de almendra mallorquina a coste muy bajo y el agricultor sea el perjudicado, como casi siempre".

Las cooperativas han estado pagando un precio garantizado de 1,40 euros por kilo de almendra en grano para que "el payés tenga alguna liquidez", precisa Magro. Se trata de un dinero que se adelanta de los fondos de las sociedades pero que no se recuperará hasta abril, según sus cálculos.

La mayor parte de lo recolectado en Mallorca se utiliza en el sector de la pastelería local. Los profesionales de este gremio reconocen que "la almendra autóctona es de una calidad excepcional y su sabor es mucho más intenso que la californiana", explica Josep Magraner, gerente de la Associació de Forners i Pastissers de Balears.

Abastecimiento

Según Magraner "no hay desabastecimiento por el momento –pero reconoce que–, tampoco hay una excesiva demanda debido a la crisis que padecemos", explica.

La falta de demanda se centra por otra parte en que en la península y en California (Estados Unidos) las cosechas han sido buenas. Los implicados recuerdan que "California es quien marca el precio y en Mallorca, para nuestra desgracia, nos toca bailar la música que ellos hacen". Martorell critica que "los norteamericanos subvencionan fuertemente la exportación. Su almendra, a pesar de tener poco gusto, tiene una presencia extraordinaria y desde hace tiempo copan el mercado".

Cabe destacar que el año 2008 el kilo de almendra en grano se pagó a casi tres euros, algo muy distante de los 1,40 que, como ya se ha citado, están cobrando los agricultores mallorquines de forma provisional.

Toda esta complicada situación puede tener incluso consecuencias durante la próxima campaña. La razón estriba en que muchos productores han decidido no recoger su cosecha este año. Según Martorell, "mucha gente ha optado por dejar las almendras en el árbol debido a la inseguridad actual, pues la mano de obra es cara". El no recoger las almendras es muy perjudicial pues "un elevado porcentaje de ellas queda colgada del árbol y el año próximo se recogerán con las de 2010. Todas las que hayan quedado en el almendro estarán podridas y eso bajará mucho la calidad de la cosecha", explica Magro.

Por ello, muchos payeses han optado simplemente por "tirar las almendras del árbol, sin recogerlas, y que se las coman los cerdos", dice Cantarell.