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Sa Torreta

El Molinar, de patito feo a cisne

Las casas de primera línea estaban en ruinas. Lorenzo

Es el barrio de moda en Palma, aunque en la foto de Lorenzo no lo parezca. En él tiene casa abierta algún multimillonario del chocolate (en el sentido original de la palabra). Por sus viviendas se han llegado a pagar cifras astronómicas. Las humildes casas que aparecen en la imagen han sido sustituidas, no siempre con buen gusto, por lujosas mansiones.

Es el Molinar. Antaño marinero y pobre. Hoy cosmopolita y enriquecido. Ayer solo residencia. Hoy dedicado al ocio.

El Molinar era tan insignificante que hasta hace medio siglo tuvo que compartir su nombre con el oro Molinar, que estaba en lo que hoy abarca la calle Joan Maragall. Ambos barrios tenían molinos construidos para moler la harina aprovechando la brisa marina. Aunque los del Molinar superviviente también extraían el agua potable del subsuelo. Al mismo tiempo, ofrecían una estampa idílica de la ciudad que, por ejemplo, quedó grabada en la mente de un joven llamado Giovanni Maria Mastai-Ferreti, que con el tiempo llegó a ser Pío IX.

La fotografía que acompaña este artículo corresponde a la calle Vicari Joaquim Fuster, aunque antes fue de l'Església porque aquí, junto al mar, se encontraba la primera capilla que prestaba servicio religioso a los vecinos. Fue bendecida en 1855, dependía de la parroquia de Santa Eulàlia y estuvo en activo hasta que el 15 de julio de 1928 se inauguró el actual templo dedicado a la Mare de Déu del Remei.

Antes de que se convirtiera en uno de los paseos favoritos de los palmesanos y en un lugar para el ocio, la calle fue justamente lo que se ve en la foto. Casas desconchadas y semiabandonadas, calzadas impracticables y charcos del tamaño de un lago en cuanto caían cuatro gotas. Las tormentas se cebaban con la primera línea de casas, que sufrían inundaciones periódicas.

Todo cambió a partir de 1987, cuando se aprobó la construcción del paseo marítimo. Entonces se repitió, una vez más el cuento del patito feo que se convirtió en cisne y fue objeto de la codicia de los especuladores... Aunque lo último no esté en la narración original.

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