"Empezamos de cero", ya que "hay un nuevo escenario" tras la retirada por parte del Club del Molinar del macroproyecto de ampliación del puerto, por lo que la Autoridad Portuaria esperará a ver qué nuevo proyecto presenta la junta directiva antes de tomar una decisión. La propuesta "debe mantener el número de amarres y las esloras, y dar continuidad al paseo marítimo", tal como explicó ayer el presidente del organismo portuario, Joan Gual de Torrella, en su primera reunión con medio centenar de socios del Club para exponerles la situación actual. La concesión finaliza en marzo del próximo año y, si antes no llegan a un acuerdo sobre el futuro del puerto, existen dos posibilidades: que la APB asuma directamente la gestión o convoque un nuevo concurso público, según avanzó Gual de Torrella.

Pese a que en julio anunció que recuperaría la gestión directa, el presidente explicó ayer que lo dijo debido a que el Club Marítimo "afirmaba que no tenía capacidad económica para asumir la obra" de rehabilitación del puerto sin realizar una ampliación. "Ahora se ha comprometido a presentar un nuevo proyecto y si se adapta" a las exigencias de la Autoridad Portuaria, "el Club puede tener 50 años más de vida", según Gual.

Una importante preocupación para el responsable político de los puertos del Estado en Balears es que "la oferta y la demanda están absolutamente desequilibradas y las únicas opciones que quedan a los residentes [sin un alto poder adquisitivo] son los clubes o los puertos de gestión directa". Por este motivo, apuesta por ambas alternativas.

En primer lugar, el presidente de la APB intentará que continúe el actual modelo. "Ofrecemos a los interlocutores que se pongan a trabajar ya, con una propuesta viable, que dicen que tendrán en dos meses. Cuanto antes, mejor", instó antes de reiterar que "Palma preservará su primera línea, esté el partido que esté gobernando".

Preguntas de los socios

Joan Gual de Torrella explicó a los socios asistentes las ventajas y desventajas de la gestión directa a cargo de la Autoridad Portuaria en caso de que el proyecto de la actual junta directiva del Club no cumpla los requisitos exigidos. Entre las primeras destacó que los asociados no tendrían que pagar las obras de rehabilitación, ya que serían asumidas por la entidad pública, y que la cuota mensual sería más barata, en consonancia con el resto de puertos de la APB. Respecto a las desventajas, dijo que los socios con varios amarres solo podrían tener uno y que el periodo de cesión se reduciría a los 15 años. Estas fueron algunas de las preguntas de los presentes en el encuentro de ayer.

El presidente de la Autoridad Portuaria les animó por último a nombrar un interlocutor que sea más receptivo y dialogante que la actual junta, porque su intención es "que las relaciones sean fluidas y cordiales" con el fin de lograr la continuidad del emblemático puerto del Molinar.