Otra de las inversiones necesarias para evitar el vertido al mar de agua residual mezclada con agua pluvial cuando se producen lluvias torrenciales está pendiente de financiación desde finales de 2015 por parte de la dirección de Recursos Hídricos del Govern balear.

Se trata de la construcción de una nueva estación de impulsión cuyo proyecto ha sido aprobado por el consejo de administración de Emaya por un importe de 9,4 millones. Esta nueva estación se construiría en La Ribera que se acompañaría con un nuevo gran colector de subida de aguas residuales.

En estos momentos existen una serie de estaciones de bombeo a lo largo de la costa palmesana que concentra sus caudales en una estación intermedia situada en la calle Parcelas, a un kilómetro de la costa, desde donde el caudal se dirige a la depuradora del Coll den Rabassa. Este sistema, según los técnicos de Emaya, "tiene una capacidad insuficiente" y es el culpable en ocasiones de vertidos al mar cuando el agua de lluvia incrementa el caudal de los colectores, como ocurrió en varias ocasiones en septiembre de 2015.

En el caso de averías, el problema se agrava aún más, pese a que estos fallos, según la empresa, "son inevitables dada la antigüedad del sistema". De esta forma, con la nueva estación de impulsión y la conducción de subida hacia la depuradora, será posible la eliminación de dos antiguas estaciones de impulsión, tras la modificación de algunos viejos colectores de aguas fecales.

El anterior proyecto se incluye en otro más amplio de saneamiento de la bahía de Palma aprobado en 2009, que comprendía una serie de actuaciones en el denominado CAZ, que recoge y distribuye el agua pluvial a lo largo de toda la primera línea y que nunca llegaron a ejecutarse, además de intervenciones en el torrente de sa Síquia.